El ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de ese país está sugiriendo cambios en la fabricación de los principales alimentos de consumo animal, que se hacen a base de maíz y soja.
Todas alarmas encendidas dentro del comercio de los granos. El mercado, los analistas, técnicos y productores sacan cuentas sobre el futuro.
Según comunicó la agencia internacional de noticias, Reuters, el ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales chinos comunicó que está estableciendo nuevas pautas sobre la alimentación animal, principalmente porcina y avícola, buscando como objetivo mejorar el uso de las materias primas disponibles y crear una fórmula que se adapte mejor a las materias primas producidas en el país.
En este sentido, los fabricantes de alimentos del gigante ya probando alternativas más económicas al maíz, como el trigo, después de que el cereal de verano subiera más de un tercio en el último año, tras una caída en la producción y también de las existencias estatales.
Según los datos, en China, el mayor uso de trigo, que tiene más proteínas que el maíz como alimento, ya ha reducido la demanda de harina de soja.
Entre los alimentos alternativos que propone el ministerio chino está el arroz, la mandioca, el salvado de arroz, la cebada y el sorgo también eran alternativas adecuadas al maíz. Mientras que la harina de colza, la harina de semilla de algodón, la harina de maní, la harina de girasol, los granos secos de destilería, la harina de palma, la harina de lino, la harina de sésamo y los subproductos del procesamiento del maíz eran buenas opciones para reemplazar la harina de soja.