Primero, el país se convirtió en un laboratorio del mundo real para la eficacia de la vacuna. Ahora, se está transformando en un lugar de ensayo para una sociedad posconfinamiento y posvacunación.
Un funcionario del Ministerio de Salud expresó anoche al noticiero de la televisión estatal de Israel que si se mantiene la actual tendencia de disminución de casos por coronavirus “se eliminará la obligación de usar barbijo en espacios abiertos” después del Día de la Independencia, que se celebrará la próxima semana en el país.
El Ministerio de Salud informa diariamente del descenso de casos de coronavirus y, desde esa repartición, se evalúa que el uso de barbijo es importante en espacios cerrados o donde hay aglomeraciones.
Anoche, la directora de Servicios de Salud Pública, Sharon Alroy-Preis indicó en conferencia de prensa a periodistas: “Estamos en alrededor de 300 casos por día, lo que es poco. El ritmo reproductivo de la enfermedad está por debajo de 0.8. Esto muestra que el virus se está debilitando”.
En este marco añadió que la mayoría de los centros urbanos en el país son “verdes”, y unos pocos son “amarillos”. Prácticamente no hay “naranjas”, y ninguna ciudad o localidad es considerada “roja”, señaló. Esta situación permite que se celebren bodas y eventos, pero debe hacerse de manera segura, aclaró.
Respecto al sistema educativo, la funcionaria expresó: “Nos preocupan los niños que no están inmunizados. Es una enfermedad nueva y no conocemos si deja secuelas a largo plazo. La variante inglesa hizo un cambio”.
“En setiembre, el 25% de los chicos fue infectado por menores de su misma edad y luego, alrededor del 45%, se contagió con la variante británica. La pandemia no quedó atrás. Debemos abrir el sistema educativo de manera eficaz y segura para que no haya aumento de casos en los chicos y que después terminen contagiando a toda la comunidad”, señaló.
Israel regresa a la normalidad
La reapertura con condiciones de la hotelería y los centros educativos completa la desescalada en el país. Un certificado, llamado Green Pass, permite a los vacunados asistir a conciertos, restaurantes y eventos deportivos.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, compartió café y pastas con el alcalde de Jerusalén, Moshe Lion, en una terraza de la ciudad para celebrar el fin del confinamiento.
En algo más de dos meses, Israel vacunó a todo el que quería las dosis y sólo un millón de personas se resiste a las inyecciones. Tras aplicarse en gimnasios, hoteles y centros deportivos o culturales, la directiva para favorecer y fomentar la vacunación se extiende también a los campus universitarios.
Así como Israel se convirtió en un laboratorio ante el mundo para evaluar la eficacia de la vacuna, ahora se está convirtiendo en un ensayo para una sociedad posconfinamiento y posvacunación.