Pfizer está probando una píldora que curaría el COVID-19. El medicamento se administraría en personas en primeras fases de contagio.
La pastilla podría evitar que los contagiados de coronavirus desarrollen una sintomatología grave. Los ensayos previos en humanos no deberían demorarse más allá de medio año así que la farmacéutica Pfizer cree que a fines de 2021 podría tener en el mercado su píldora contra el COVID-19.
El fármaco, PF-07321332, se encuentra actualmente en ensayos clínicos de fase uno. Fue diseñado para atacar la parte del virus SARS-CoV-2 que le permite replicarse en la nariz, la garganta y los pulmones, informa the Telegraph. Estaría indicado como una alternativa a la vacuna, ya que la idea es poderlo administrar como un tratamiento, y no como profilaxis contra el coronavirus.
Durante los últimos días, 60 voluntarios sanos, de entre 18 y 60 años, están probando esta famosa píldora anti-Covid. El ensayo tiene una duración de 145 días y se lleva a cabo en tres fases:
Una primera que permite observar cómo se tolera el antiviral cuando se aumenta la dosis y si hay efectos secundarios.
La segunda fase será casi la misma, pero con múltiples dosis.
La tercera fase se dedica a probar las “formas comprimidas y líquidas” de la droga.
Estas tres partes serán seguidas por un período de proyección de 28 días. En documentos distribuidos a voluntarios, Pfizer explica que hasta la fecha, ”la droga en estudio no se ha administrado a los seres humanos”, sino que “su seguridad se ha estudiado en animales”. “En estos estudios, no se ha identificado ningún riesgo significativo o evento de seguridad preocupante y el fármaco en estudio no ha causado ningún efecto secundario en ninguno de los niveles de dosis que se utilizarán en los estudios clínicos”, dice el formulario informativo.
Cómo funciona la píldora anti-Covid
El proyecto de este medicamento, que se está desarrollando de forma simultánea en laboratorios del gigante farmacéutico de Estados Unidos y Bélgica, consiste en desarrollar un «inhibidor de la proteasa», o sea, la enzima del virus SARS-Cov-2, y evitar que se replique en el organismo.
Se trata de un mecanismo similar a los que se usan actualmente para tratar el VIH. De hecho, el PF-07321332 se administraría en combinación con dosis bajas de ritonavir, un antiviral utilizado para tratar la inmunodeficiencia provocada por el sida.
“Hemos diseñado PF-07321332 como una terapia oral potencial que podría prescribirse en el primer signo de infección, sin requerir que los pacientes estén hospitalizados o en cuidados críticos”, dijo Mikael Dolsten, director científico y presidente de Pfizer.
El empleo de antivirales, además, podría ser usado con aquellas personas que, por su situación clínica particular, no puedan ser inoculadas.
Dafydd Owen, director de Química médica de Pfizer, señaló durante un simposio privado que la píldora antiviral se desarrolló desde cero durante la pandemia. Los primeros siete miligramos del compuesto, no más que una gota de lluvia, se prepararon a fines de julio. Tres meses después, habían producido 100 gramos y en solo dos semanas más, la cantidad se incrementó hasta más de un kilo. “Se necesitaron 210 investigadores para hacerlo”, dijo Owen.