La noche del domingo sorprendió a los participantes con un desafío a pura Italia. De la mano de Donato De Santis, el chef brindó los mejores consejos para preparar la mejor pasta.
Los dos platos menos logrados de la noche, fueron las lorighittas con salsa de tomate de Gastón Dalmau y los fusilli con salsa de chorizo del Loco Montenegro, pero finalmente, el jurado decidió que el ex basquetbolista abandone la competencia.
Donato De Santis, se despidió del participante con unas emocionantes palabras: “Loco, Hernán, nosotros dudábamos de vos, un jugador de básquet, de 2,7 metros. Sufriste acá con estas mesadas, te bancaste un montón de cosas. Me encantó verte, sos muy caballero, nos enseñaste esta constancia de no darte por vencido. Por eso te felicito, te vamos a extrañar en serio”, expresó el chef italiano.
“Siempre tomabas todo con mucha educación, era un placer ir a visitarte a la isla, eras muy receptivo. Hoy te vi muy emocionado cuando hablamos con Chepi y creo que esa sensibilidad siempre la transmitías en tus platos, eso en la cocina es super importante, el poder transmitir con un plato algo. A veces sale bien y a veces sale mal. Fue un placer conocerte, espero verte pronto. Muchas gracias. Una gran persona en este certamen”, le dedicó Damián Betular.
Después, llegaron las palabras de despedida de Germán Martitegui: “Cada uno de ustedes da el ejemplo de una manera diferente. Para mí los deportistas dejan algo que es muy especial, ese espíritu deportivo, de fair play (juego limpio) de jugar y aceptar cuando perdieron o cuando le salió mal, y al día siguiente volver a empezar de cero. Desde el lomo ese cocinado al punto de tu abuela que estaba jugoso, hasta ahora escuchaste todas las críticas. Me parece que eso es un ejemplo para mucha gente que nos está mirando. Te agradezco por eso, porque fue lindo tenerte, pero a su vez, ver el ejemplo que dabas”.
“Yo gané cuando entré porque a través de esa cámara, el regalo que son los nietos, me pudieron ver jugar, y ese es el legado que les quiero dejar, que sepan que no hay edad para jugar, que la vida tiene que ser un juego siempre y es lo que no hay que perder. Ni el factor sorpresa ni las ganas de jugar, entonces yo ya gané”, se despidió el Loco Montenegro llevándose el aplauso y las lágrimas de sus compañeros.