Definidas por la Nación como zonas de “alarma epidemiológica” y rubricado por decreto provincial a instancias del gobernador Omar Perotti, las clases presenciales quedaron suspendidas en Santa Fe.
La apuesta respecto de la presencialidad en la aulas es amesetar la curva de contagios en los próximos días, para ganar tiempo a fin de “rediscutir” los parámetros establecidos por la Nación.
Por otro lado, la vuelta a la virtualidad, reclamada por los gremios docentes, se anexaría con la necesidad de reducir la circulación en las calles.
Gustavo Terés, delegado seccional de Amsafé Rosario, sostuvo en Radio EME que “si volvemos a las aulas con estas estadísticas que tenemos es una irresponsabilidad, necesitamos bajar fuertemente los niveles de contagio y circulación“.
“Está demostrado que los chicos en la escuela se contagian, pero no porque no se cumplan los protocolos“, agregó el dirigente rosarino.
Por otra parte, indicó que “es necesario primer bajar los números considerablemente y estar más seguros para volver a la presencialidad y que sea por más tiempo, organizada“.