Se trata del sector que aportó territorialidad a la conformación política que permitió derrotar al peronismo y gestionar por 12 años el gobierno de la provincia de Santa Fe. En una nota de opinión del Senador Felipe Michlig, uno de sus principales dirigentes, expresa que el principal desafío ahora es derrotar al kirchnerismo. La muerte de Miguel Lifschitz apuró los tiempos.
El plácido domingo otoñal que vivió Santa Fe arrojó novedades políticas de importancia. El radicalismo llamado NEO hizo público lo que hace tiempo, incluso antes de la inesperada muerte del exgobernador Miguel Lifschitz, se animó a esbozar en algunas declaraciones y en muchas reuniones a puertas cerradas. Esto es ir hacia un frente que reúna a la mayor cantidad de opositores al gobierno nacional, de extracción justicialista/kirchnerista.
La idea la conocía el propio Lifschitz, a quien sus socios radicales le exigían que para afrontar una campaña electoral que lo depositara en el Senado Nacional, debía elevar su tono crítico al gobierno nacional.
Buenos lectores de lo que se percibe en pueblos y ciudades santafesinas, los dirigentes radicales notan que debe imperar un tono “anti-k”, si es que se quiere tener chances electorales para acomodar legisladores en las bancas del congreso nacional.
La imprevista desaparición de Miguel Lifschitz, claramente el referente electoral más importante que fundía a dirigentes con disímiles miradas nacionales, apuró esos tiempos de cambio en el Frente Progresista, espacio que ahora deberá reconfigurar el escenario de sus fuerzas internas.
“La desaparición física de Lifschitz cierra un ciclo político que impone nuevos desafíos a la oposición al peronismo: recrear la organización de la oposición en torno a programas comunes y dotarla de nuevos liderazgos. Lo que era fácil de hacer por la presencia política de Lifschitz, ahora requiere de mayores articulaciones y diálogo entre actores políticos de distintos orígenes, que comparten nuestras preocupaciones y el legado de Miguel”, indica la expresión del Senador radical Felipe Michlig, más claro imposible.
Aquello que los radicales ya dialogaban con Martín Losteau, de tener un anclaje nacional, ahora se expresará también en la provincia mediante un oposición clara de este sector de la UCR santafesina al peronismo en las figuras de Alberto, Cristina y del propio Omar Perotti.
“Ya veremos qué escudería se usa, y si sumamos a algunos socialistas”, dijo uno de los dirigentes que ensaya formulaciones políticas. “Paso a paso”, expresó en una consulta de este cronista, tomando la conocida frase de Reinaldo “Mostaza” Merlo, ex director técnico del Club Atlético Colón.
Entre las varias preguntas que quedan por ahora sin respuesta se anotan dos claves, cómo se acomodarán las piezas para sintetizar esa oposición K con sectores radicales y del Pro ya plegados en Juntos por el Cambio y qué papel jugarán los Intendentes de las ciudades de Rosario y Santa Fe, ambos frentistas, como Pablo Javkin (Rosario) y Emilio Jatón (Santa Fe).
Se le podría agregar a este rompecabezas electoral las incógnitas de hacia dónde irá el socialismo ahora sin líder con votos, y otros sectores radicales con mayores recelos a compartir una mesa con macristas. Será tarea más que difícil constituirse en una herramienta electoral con la suficiente potencia para terciar en un escenario de fuerte polarización.
La otra novedad llegó en la tarde del domingo, donde a través de la red social twitter el exintendente de Santa Fe Mario Barletta comunicó que aspira a ser candidato a Senador Nacional en Juntos por el Cambio, reuniendo bajo este paraguas electoral a la oposición al peronismo.
En el peronismo, la presencia de Omar Perotti y tres de los ministros nacionales este viernes en San Cristóbal parece ser una postal de un escenario interno más tranquilo, en vistas a las legislativas nacionales. Resta saber quién de los dos seguros candidatos a senadores nacionales encabezará la boleta, si el referente perottista Roberto Mirabella o la cristinista María de los Angeles Sacnún.