Los ejemplares son el hurón mayor y el pecarí labiado. El hallazgo se produjo en un monitoreo realizado en bosques nativos de la Cuña Boscosa, en el nordeste de Santa Fe.
La provincia, a través del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático, continúa avanzando en el estudio de los bosques santafesinos, con el objetivo de obtener información actualizada sobre las especies que allí habitan. En ese marco, se registró el hallazgo de dos ejemplares completamente inciertos en la región. Se trata del hurón mayor y el pecarí labiado.
Los animales fueron captados mediante cámaras de fototrampeo, una de las técnicas de muestreos complementarios empleadas por la provincia, que también lleva adelante recorridas de observación directa y búsqueda de indicios de presencia.
El hurón mayor (Eira barbara) es un mustélido, una familia de mamíferos que incluye a otras especies de hurones, de tamaño mediano. Se mueve en horarios crepusculares, generalmente solo, y su dieta es omnívora.
Hasta hace poco, no existían evidencias documentales de la presencia de la especie en Santa Fe. En cuanto a su estado de conservación, en Argentina es categorizada como “cercana a la amenaza”. De ahí la importancia del estudio realizado por el Ministerio.
Por su parte, el pecarí labiado (Tayassu pecari) es una de las especies de cerdos autóctonos de nuestra región. Posee hábitos marcadamente diurnos y crepusculares, y vive en comunidad.
En gran parte de su área de distribución original, esta clase de mamífero ha sido declarada como extinta. Su presencia en la provincia también era completamente incierta.
Con respecto a su nivel de conservación, requiere un tratamiento especial debido a que está catalogada como “en peligro” en nuestro país. La existencia de esta especie en el norte de Santa Fe constituye un hallazgo alentador para promover su preservación en el extremo austral de su área de distribución.