María Belén Morini, tenía 34 años, era oriunda de Ceres y estaba embarazada de 7 meses. Contrajo covid en su lugar de trabajo y tuvo que recorrer 400 kilómetros para conseguir una cama de terapia. Fue en Rosario donde la recibieron, le hicieron cesárea y murió sin conocer a su bebé.
Una vez más el covid deja historias que destrozan familias. En este caso, una familia de la ciudad de Ceres. María Belén Morini tenía 34 años, una hija de 7 años y esperaba con ansias la llegada de su hijo Bruno.
Cursaba el séptimo mes de embarazo cuando contrajo covid, aparentemente en su lugar de trabajo, un comedor. Comenzó con los primeros síntomas y, el 27 de abril, los mismos se volvieron más importantes.
Fue en ese momento que, junto con su esposo Javier, llamaron al hospital de Ceres donde finalmente quedó internada. Dada su situación y el embarazo que cursaba, el director del nosocomio indicó que era necesario su traslado. Luego de buscar, finalmente pudieron conseguir una cama en Rafaela, pero que no contaba con Neonatología. A pesar de esto y ante la necesidad de ser trasladada, Belén llegó a Rafaela donde no fue aceptada. Ante la negativa, Belén no se dio por vencida y decidió dirigirse a la ciudad capital donde, por motivos desconocidos, tampoco fue aceptada.
Esa misma noche Belén regresó a Ceres, junto a su familia, y con la necesidad de seguir buscando camas. El director del nosocomio local fue quien, finalmente, logró gestionar su traslado a la ciudad de Rosario, lugar donde pasó sus últimos días de vida.
Así lo explicó Javier, su esposo, quien además contó que en hospital de Ceres “le estaban inyectando medicamentos para madurarle los pulmones al bebé” para que, de esta forma, pueda adelantar su nacimiento, ya que podían quedarle secuelas al bebé porque llegaba poco oxígeno.
Fue en Rosario que finalmente deciden llevar adelante la cesárea. “El 3 de mayo, al mediodía, la enfermera nos hace una videollamada donde la vimos por última vez. Ella entró al quirófano consciente, nos habló bien, y ahí no despertó nunca más. La cesárea se complico, del quirófano salió entubada, dormida y no despertó mas. Nunca pudo conocer al bebé”, relató Javier.
El esposo de Belén continuó, “a Rosario yo iba una vez por semana, para una tranquilidad mía, porque no podía entrar”.
Javier explicó que el covid le dejó a Belén “una fuerte neumonía, estaba saliendo, la estaba llevando, y le entró una bacteria intrahospitalaria al pulmón y fue la bacteria que detonó todo”.
“Se me derrumbó todo”, dijo con voz quebrada Javier, quien además reflexionó sobre el momento actual que se atraviesa con la pandemia. “Yo escucho mucha gente enojarse que no puede salir, que no puede festejar un cumpleaños, no podes creer que la gente siga pensando así. Solo tengo para decirles que es preferible no salir un mes, que después no salir nunca más”, dijo.
Javier contó que actualmente se encuentra en Ceres, junto a sus hijos y recibe ayuda de su suegra. “Voy todos los días viendo como seguir”, cerró.
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