Con una fiabilidad de más del 99%, la prueba detecta tres tipos de anticuerpos y cuatro proteínas del virus. Hasta ahora, ningún estudio era capaz de brindar esta información de manera simultánea.
A veces queda la duda. Las personas que pasaron la enfermedad y luego se vacunan no saben a ciencia cierta si la inmunidad obtenida fue por la inyección o la infección. De hecho, según va avanzando la pandemia, se van detectando distintas manifestaciones clínicas que pueden ir asociadas a diferentes intensidades de los componentes de la respuesta inmunitaria.
Un equipo de investigadores logró desarrollar, con una especificidad y sensibilidad cercana al 100 por ciento, un nuevo test de anticuerpos capaz de identificar, cuantificar y diferenciar los producidos por la vacunación de los generados por la infección natural por coronavirus. Lo hicieron en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con los laboratorios de Immunostep en Salamanca, España.
La información se obtiene a través de una pequeña muestra de suero o plasma. Lo destacable es que consiguieron identificar tres tipos de anticuerpos diferentes (IgG, IgA, IgM) y cuatro proteínas del virus SARS-CoV-2 al mismo tiempo: la proteína Spike y su dominio RBD, dos proteínas muy importantes por ser los componentes principales de las vacunas actuales, así como la proteína de la envoltura o nucleocápside (NP) y la proteasa responsable de la replicación del virus (Mpro/3CLpro).
A diferencia de la mayoría de otros test comercializados, que evalúan un único tipo de antígeno, este permite diferenciar a las personas que padecieron la infección de COVID-19 de las que ya fueron vacunadas. “Tras la vacunación, sólo se producen anticuerpos frente a la proteína empleada en la vacuna (la proteína Spike y su dominio RBD), mientras que en una persona que pasó la infección también se generan anticuerpos contra las proteínas Mpro y la NP”, explica José Miguel Rodríguez Frade, investigador del CNB-CSIC.
Desde el Immunostep, remarcan que “hasta el momento no tienen conocimiento de la existencia en el mercado internacional de un test igual de completo, con la capacidad de aportar una cantidad semejante de información simultánea sobre la respuesta inmunológica del virus”.
La técnica utilizada
Los expertos reconocen que este ensayo también es novedoso gracias a la alta eficacia de esta tecnología frente a las utilizadas en la mayoría de los test, basadas en técnicas de ELISA o de cromatografía.
“La citometría de flujo es la técnica que se utiliza normalmente para obtener el porcentaje de glóbulos blancos y de otras células sanguíneas en los análisis de sangre habituales. Estos instrumentos están en todos los hospitales y laboratorios de diagnóstico clínico”, señala Mar Valés, inmunóloga del CNB-CSIC. En este sentido, los investigadores remarcan que el kit logrado ofrece “mucha información con un consumo de muestra muy pequeña”, motivo por el que aseguran que es muy eficiente. Se prevé que en mayo dispongan del test las unidades de investigación, los laboratorios clínicos y los hospitales españoles.
La alternativa supone una herramienta “esencial” para el seguimiento de la respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2 tras la etapa de vacunación, y para el conocimiento exhaustivo de las características de la respuesta en diferentes individuos, así como de su duración en el tiempo.
Aunque el dispositivo se desarrolló con sueros de pacientes, los investigadores esperan, en un futuro cercano, poder validar su uso con muestras de saliva.