Discutirán durante cinco horas. Buscarán rebajar la tensión y encauzar la relación bilateral entre las dos potencias nucleares.
Los presidentes de Estados Unidos y de Rusia, Joe Biden y Vladímir Putin, se reúnen por primera vez y lo harán bajo un contexto de profundos desacuerdos, pero con la intención de limar las asperezas tras declaraciones mordaces -Biden llegó a tildar a Putin de “asesino”- y hallar al menos algunas áreas de cooperación.
La cita, que comenzará sobre las 13.00 hora local (8 en la Argentina) debería durar entre cuatro y cinco horas, según el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov. Biden y Putin se encontrarán en la Villa La Grange, una magnífico edificio del siglo XVIII, ubicado en el corazón de la ciudad y de su parque más grande con una vista impresionante del lago Léman.
Los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, Antony Blinken y Serguéi Lavrov, participarán en las sesiones de trabajo.
La última vez que ambos se vieron fue en 2011 en Moscú cuando Biden era vicepresidente de Barack Obama y Putin primer ministro. Pasó una década desde entonces y las relaciones entre EEUU y Rusia se encuentran en su punto más bajo en décadas, quizás desde la Guerra Fría como algunos altos cargos del Kremlin lo aseguraron.
El presidente de turno de la Confederación Suiza, Guy Parmelin, recibirá en la villa primero a Putin y pocos minutos después a Biden, tras lo cual ambos posarán para una foto conjunta, según el asesor para Asuntos Internacionales del Kremlin, Yuri Ushakov.
Tras unas palabras de bienvenida del presidente suizo, los presidentes de Rusia y de Estados Unidos se retirarán a una sala de la mansión para comenzar las negociaciones, primero en formato reducido y después ampliado tras un breve receso.
De momento se desconoce si Putin y Biden mantendrán un encuentro a solas. En anteriores ocasiones, incluido durante la Presidencia de Obama, hubo un cara a cara, al igual que en 2018 en Helsinki cuando el mandatario ruso se reunió con Donald Trump.
“Todo dependerá de cómo evolucionan las conversaciones” en la cumbre y del deseo de los dos líderes de abordar a solas algunos temas durante su estancia en Ginebra, dijo Ushakov.
Tampoco está claro aún si habrá una declaración conjunta ruso-estadounidense al término de la cumbre, sobre cuyos resultados informarán los dos presidentes por separado.
Múltiples desacuerdos y “líneas rojas”
Durante la cumbre, propuesta por Biden en abril pasado durante una llamada telefónica con Putin, los dos líderes abordarán prácticamente todos los temas que preocupan tanto a Moscú como a Washington. Los temas de discordia son numerosos: Ucrania, Bielorrusia, la suerte del opositor ruso encarcelado Alexei Navalny, los ciberataques.
En la agenda figuran el estado actual y las perspectivas de las relaciones bilaterales, la estabilidad estratégica, los temas de seguridad informática y la lucha contra la ciberdelincuencia. Además tratarán temas de la cooperación económica, el clima, el Ártico y la lucha contra el coronavirus.
Asimismo Putin y Biden evaluarán la situación en Oriente Medio, Siria, Libia, Afganistán, la península coreana, así como el programa nuclear iraní.
Biden adoptó un tono firme en los últimos días, y prometió que le dirá cuáles son las “líneas rojas” que no debe cruzar. “No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus actividades dañinas”, apuntó el presidente estadounidense tras recalcar que “es nuestro interés común y el interés del mundo que cooperemos”.
Biden es el quinto presidente estadounidense con el que se reunirá Putin desde que llegó al poder a finales de 1999. En una entrevista con la cadena NBC, Putin dijo esperar que el presidente demócrata se muestre menos impulsivo que su predecesor republicano. Pero aprovechó la ocasión para calificar a Donald Trump como un hombre “talentoso”.
Bajas expectativas
Los dos mandatarios llegan con las expectativas bajas a la cumbre, pero también conscientes de que las dos mayores potencias nucleares deben entenderse en aspectos clave como la seguridad internacional, el clima o la lucha contra la ciberdelincuencia.
El mandatario ruso puso el año pasado sobre la mesa dos propuestas sobre las que aún espera una respuesta por parte de EEUU: la introducción de una moratoria al despliegue de misiles de corto y medio alcance en Europa y la reanudación de la cooperación en el campo de la seguridad de la información internacional.
El Kremlin ha avanzado como posible resultado de la cita el retorno de los embajadores de EEUU y de Rusia a sus respectivos destinos y la eliminación de obstáculos al trabajo de sus respectivas legaciones.
Fuente: TN