Desde el comienzo de la pandemia el tema del dictado de clases fue motivo de diversas polémicas de las que participaron no sólo los principales actores, entre ellos docentes, directivos, gremios que los representan, autoridades, y padres.
Tras un año completo, o si prefieren un ciclo lectivo de principio a fin sin presencialidad en todos los niveles educativos, las expectativas de todos estaban puestas en recuperar la posibilidad de volver a las aulas en este 2021.
Sin embargo la segunda ola de contagios, obligó a volver al sistema virtual y con ello a la polémica. Por un lado grupos de padres que reclaman presencialidad en las escuelas bajo el argumento de proteger la salud emocional de niños y adolescentes, con la misma postura reclama un sector político identificado con la oposición al gobierno de turno.
Por otro lado se leen y escuchan opiniones de especialistas que desde el punto de vista de la medicina, entienden que “la escuela no contagia”, pero advierten que la movilización que genera el traslados de los alumnos muchas veces acompañados por un mayor a los establecimientos y sumado al uso del transporte público en las ciudades más pobladas de la provincia, es un riesgo evitable.
Ante esta realidad, las autoridades del Ministerio de Educación resolvieron habilitar la presencialidad intermitente en las localidades más pequeñas y con bajo índice de contagios, en los niveles inicial y primario y establecer un sistema de tutorías presenciales para adolescentes de la escuela secundaria.
Tal vez en respuesta a los sectores preocupados por la imposibilidad de los chicos de asistir a clases de en este último período, la ministra Adriana Cantero admitió que analizan dar clases los sábados y feriados del segundo semestre. Y estallaron las críticas desde los gremios docentes.
Sergio Romero dirigente de la Unión Docentes Argentinos salió al cruce de los dichos de Cantero pidiendo que “antes de pensar en violentar la jornada de trabajo de las y los docentes, infringiendo la normativa vigente y las condiciones laborales, que pague mejores salarios y se ocupe de un sinnúmero de asuntos problemáticos que afectan al sistema educativo a los que no le brinda soluciones”.
Además, Romero se preguntó: “Por qué la funcionaria no se ocupa de extender el acceso a internet por toda la provincia. Por qué no evalúa recuperar los niños y niñas que se quedaron afuera del sistema, ahora, no en el segundo semestre. Por qué no se acerca más a las escuelas que están llenas de necesidades”.
Por su parte Martín Lucero, del Sadop Rosario dijo que la Ministra “Niega la tarea de la docencia y el alumnado al desconocer el trabajo virtual realizado por los y las docentes. La jornada laboral tiene varias décadas establecida como un derecho. Proponer que se trabaje días inhábiles es algo que atrasa dos siglos”
También opinaron los dirigentes gremiales de Amsafé, quienes introdujeron un nuevo ítem a la discusión al opinar que “no hay fundamentos pedagógicos como para adelantar el receso escolar”.El gremio pidió evitar “decisiones unilaterales” y discutir los temas en paritarias. El sindicato de los docentes públicos advirtió que “las vacaciones de invierno tienen dos fundamentos: uno pedagógico y otro sanitario”.
Sobre el dictado de clases los sábados y domingos, desde Amsafé Rosario sostienen que “Nosotros nunca dejamos de dar clases. Cantero desconoce el trabajo que docentes, alumnos y familias realizan diariamente desde el comienzo de la pandemia. Además, estas declaraciones las realiza en el contexto en el que el gobierno provincial no garantiza ni la conectividad, ni los dispositivos, ni las condiciones mínimas indispensables en cada escuela para el acceso a la educación de todos los estudiantes. Cabe destacar también que es una medida que atenta contra derechos laborales adquiridos como es el derecho a la jornada laboral y es claramente una medida antipedagógica”.
A esta altura del año no hay certezas sobre cómo continuará la educación en el segundo semestre, ligado al avance de la pandemia y a las decisiones ministeriales. Tampoco se ha informado ningún cambio en relación al receso invernal, pero la polémica está abierta.