Matías Kulfas y el Consorcio ABC se reunieron el martes. Acordaron habilitar las ventas externas por el equivalente al 60% del volumen de 2020. El asado y los cortes para elaborar milanesa, seguirán restringidos para priorizar el mercado interno.
El Gobierno y los frigoríficos exportadores acordaron que se levantará la mitad del cepo a la carne: podrá haber embarques a cualquier país, pero sólo la mitad de lo que se vendió el año pasado, al menos durante junio y julio. La expectativa es flexibilizar aún más las restricciones a partir de agosto.
El entendimiento se logró este martes en una reunión que mantuvieron el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y representantes del consorcio ABC, que nuclea a los principales frigoríficos exportadores y principal interlocutor del Gobierno en medio del conflicto por los precios de los cortes bovinos.
El cálculo de lo que estará habilitado partirá de considerar lo que se exportó el año pasado: 900.000 toneladas de carne. Sobre ese número se estimarán los volúmenes mensuales y se otorgará un permiso por la mitad.
Se mantendrá la habilitación excepcional para los cuotas Hilton y 481 (para Europa) y los convenios con Estados Unidos y Colombia, como se dispuso en la resolución 75/21. Además de esos destinos, también se considerará como una cuota especial a las exportaciones a Israel, cuyos cortes kosher requieren un protocolo especial.
Las menudencias también quedarán exentas del nuevo cepo parcial, con lo cual sumando todas las referidas particularidades, el porcentaje que se habilitará oscilará alrededor del 60% respecto de lo exportado en 2020.
Para determinar esas cantidades, se aplicarán mecanismos autoregulatorios por parte de cada frigorífico, aunque todo será controlado por el Gobierno.
El punto de consenso deja a las dos partes disconformes pero desde ambos lados se considera un escenario mejor al actual. Para los ruralistas y la industria frigorífica “es mejor que nada”. Entienden que permite seguir operando con señales un poco más claras en toda la cadena productiva, y aleja la posibilidad de un aumento de las retenciones a la carne, que hoy tienen una alícuota del 9%, pero algunas voces oficialistas, como la diputada nacional Fernanda Vallejos, pidieron incrementar.
Desde el Gobierno ponderan que con el acuerdo destraban un conflicto que había escalado y si no aflojaba la tensión podía complicarse aún más, con los riesgos políticos que implica en un año electoral.
Kulfas había anticipado en las últimas horas que “esta semana se anunciará el plan ganadero para asegurar que haya carne en la mesa de los argentinos, sin descuidar al sector exportador”. Así, en las últimas horas, había dado a entender que se levantarían las restricciones que rigen desde el 20 de mayo, y cuyo plazo de 30 días vence el domingo próximo.
El presidente Alberto Fernández encomendó a ese ministro la resolución del conflicto con la cadena de ganados y carnes, en el marco de un fuerte malestar del sector agropecuario, que realizó un cese de comercialización de hacienda durante 14 días. La tensión aflojó en los últimos días, pero dirigentes de la mesa de enlace advirtieron que, si no se levanta el cepo, las protestas se agudizarían e incluirían a otros sectores, como el de la producción de granos, principal fuente de las exportaciones argentinas.
Las negociaciones con los frigoríficos y cámaras de comercio tuvieron como eje la preocupación por el precio al mostrador de la carne, que en el último año se encareció 76% y que en mayo aumentó 6,1% mensual aun con el cepo exportador. En ese sentido, el objetivo oficial es que haya mayor cantidad a valores rebajados.
Desde enero se implementó un programa que primero contempló 6000 toneladas de 8 cortes y luego se aumentó a 11 cortes por 8000 toneladas, que se ofrecían en determinados días en una red de 1500 comercios en diversas zonas del país. Ese plan quedó truncó en mayo porque se “financiaba” con las exportaciones. De hecho, para que el Gobierno no cerrara las ventas externas en el verano, la industria frigorífica acordó destinar esa cantidad de carne al mercado interno, “subsidiada indirectamente” con los ingresos de las ventas externas.
Ahora se busca reabrir el canal exportador, pero el Gobierno exigió como prioridad una mayor cantidad de carne a precios populares en el mercado interno. Aspiran a incrementar los volúmenes un 50%, es decir a 12 millones de toneladas mensuales.
Los frigoríficos exportadores, agrupados en el consorcio ABC, presentaron una nueva propuesta el último viernes, con el eje de acercar una mayor cantidad de cortes al mercado interno. “Estamos buscando que haya más bocas donde la gente encuentre”, indicó Mario Ravettino, presidente de ABC.
El asado y la milanesa quedarán en la Argentina
Ravettino también reflejó que el Gobierno “pidió la suspensión temporaria de algunos cortes para exportación”. En un sentido similar a lo implementado días atrás con el programa Súper Cerca, se congelará hasta fin de año el precio de 6 cortes: asado, vacío, matambre, cuadrada, falda y paleta. Y para asegurarlo, se limitarían las ventas externas de estos cortes.
Kulfas dijo que el Gobierno quiere “un plan ganadero que nos lleve a 5 millones de toneladas anuales de producción de carne, ya que lo de China es una oportunidad pero debemos hacerlo ordenadamente, sin descuidar el mercado interno”.
El ministro afirmó que en las negociaciones con el sector de la carne, el objetivo fue “garantizar que la mesa de los argentinos esté abastecida y que el negocio exportador pueda continuar”.
Fuente: TN/Campo