El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, tiene mayores problemas en este momento, más allá de lidiar con Estados Unidos: necesita alimentar a su gente y sus opciones no son buenas.
El gobernante de la secreta dictadura comunista hereditaria inauguró el martes una importante reunión política reconociendo la terrible situación que enfrenta su país. El suministro de alimentos de Corea del Norte está restringido y «se está poniendo tenso», dijo Kim, según el servicio de noticias estatal del país, KCNA.
El sector agrícola todavía se está recuperando de los daños causados por las tormentas del año pasado. Reemplazar los suministros de alimentos nacionales con importaciones probablemente será difícil porque las fronteras permanecen cerradas en su mayoría debido a las restricciones por el covid-19.
En la capital, Pyongyang, los precios de algunos productos básicos se están disparando. Los expertos dicen que los precios del arroz y el combustible se mantienen relativamente estables, pero los precios de los productos básicos importados como el azúcar, el aceite de soya y la harina han subido.
Los costos asociados con algunos alimentos básicos producidos localmente también se han disparado en los últimos meses. Los precios de la papa se han triplicado en el conocido mercado de Tongil, donde tanto los locales como los extranjeros pueden comprar, dijeron residentes de Pyongyang.
Los residentes también revelaron que los artículos no básicos, como un pequeño paquete de té negro, pueden venderse por alrededor de US$ 70, mientras que un paquete de café puede costar más de US$ 100.