Solo el 12,8% del precio final se explica por el ingreso del productor primario. El 75% del peso impositivo es de origen nacional, según un informe de CAME. Los casos de la naranja y el vino.
Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) midió que los componentes impositivos explican casi el 45% del precio para el consumidor que tiene una fruta como el durazno, mientras solo el 12,8% corresponde a la ganancia que obtiene el productor primario.
De acuerdo al relevamiento que hizo esa entidad que nuclea pequeñas y medianas empresas de todo el país, “tras analizar los costos, impuestos y ganancias netas de cada eslabón, podemos concluir que de los $210,8 en los que se vendió un kilo de durazno fresco en Capital Federal –precio promedio de marzo 2021-, el productor explica el 12,8% ($27); el galpón de empaque y la cámara de frio el 15,8% ($33,4); el mayorista –puestero del Mercado Central de Buenos Aires– el 10,9% ($23); y el minorista –verdulería e hipermercado de Capital Federal– el 15,7% ($33,1). Por su parte, la presión tributaria del Estado, en sus tres niveles, asciende a 44,8% ($94,3)”, concluyó el estudio.
La mayor parte de esa presión tributaria corresponde a los impuestos recaudados por el Gobierno nacional, que representa el 75,1% de los gravámenes que paga un kilo de durazno. El restante 24,9% corresponde al fisco de cada provincia o tasas municipales, consideró CAME.
“Además, al analizar los tributos específicos de la cadena de valor desde la cosecha del durazno en la provincia de Mendoza hasta su venta en Capital Federal (aproximadamente 1.150 km.), el 38,4% corresponde al IVA, el 30,8% a Ganancias, el 12,8% a otros impuestos provinciales o tasas municipales, el 12,1% a Ingresos Brutos y el 5,9% a contribuciones patronales de la mano de obra”, explicó la entidad pyme.
“La pelusa que causa verdadero malestar son los impuestos y no solo en el durazno, sino en todos los agroalimentos. En detrimento de la rentabilidad, la carga fiscal en Argentina sigue en aumento y nos obliga a cancelar o, en el mejor de los casos, a postergar cualquier tipo de inversión”, afirmó Eduardo Rodríguez, presidente del sector de Economías Regionales de CAME.
Las frutas y verduras no suelen tener, como otros bienes comestibles, un comportamiento lineal respecto a su precio, sino que suelen tener tendencias distintas a lo largo del año de acuerdo a su estacionalidad. El durazno, por ejemplo, tiene su época de mayor producción y venta al público durante los tres meses del verano.
La Argentina se encuentra entre los tres principales productores de durazno del Hemisferio Sur, con más de 100 mil toneladas anuales. La provincia de Mendoza concentra el 83% de la producción de duraznos del país, con aproximadamente 6.000 hectáreas implantadas, seguida por Río Negro y Neuquén, con unas 750 hectáreas implantadas, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
“En cuanto al volumen comercializado entre los meses de noviembre a abril en el Mercado Central de Buenos Aires, se estiman aproximadamente unas 19.500 toneladas de durazno en fresco”, concluyó CAME.
Recientemente, en estudios similares sobre la composición del precio de otros productos, la entidad pyme había estimado que “el 38,3% del precio promedio del kilo de naranja corresponde a impuestos”. Dentro de este porcentaje, el 83,7% de la carga tributaria es nacional, mientras que el 16,3% es de índole provincial y municipal.
El resto del precio del kilo de naranja está explicado en lo que recibe el productor (22%), la verdulería (16,7%), el Mercado Central (14,1%) y el empaque (8,9%).
En este sentido, CAME también midió cuál es el peso de los impuestos para el vino. “Los impuestos representan aproximadamente el 43% del precio que el consumidor abona en góndola por el vino tinto tetra y la botella gama media-baja de 750 centímetros cúbicos (cc). Por su parte, el viñatero -productor primario- sólo explica el 9,4% y el 5,8% del precio final, respectivamente”, indicó la entidad.
De los $88,7 en los que se vendió la caja de vino tinto gama baja en Capital Federal -precio promedio de la segunda semana de febrero 2021-, “el productor participa en un 9,4% del precio de góndola ($8,4), la industria bodeguera en 21,6% ($19,2) -11,3% elaboración y 10,3% fraccionamiento-, el mayorista en 15,2% ($13,4), el minorista en 10,7% ($9,4), y los impuestos en 43,1% ($38,3)”, relevó CAME.
Fuente: Infobae