Escalofriantes conversaciones se desprenden de los celulares peritados en la investigación que este lunes tuvo un avance al imputar a 11 integrantes por asociación ilícita de una banda que el líder, para el fiscal es Chucky Monedita.
Chucky está preso en Piñero y es líder de la organización. Nahuel Riveros uno de los imputados como sicarios de la banda, se jactó de la tenencia de poderosas armas de fuego al filmarse con una pistola y una ametralladora con mira telescópica.
Nahuel Riveros se encuentra tras las rejas desde noviembre del año pasado por una causa de portación ilegal de arma de fuego, abuso de arma y resistencia a la autoridad. Fue después de un procedimiento en Biedma al 100 bis luego de una balacera, donde se secuestraron municiones, una pistola calibre 9 milímetros, vainas servidas y un utilitario con la patente cambiada.
El sicario es muy amigo de otro gatillero, Jonatan Ribles imputado este lunes, cayó en octubre del año pasado en pleno intento de asesinato.
En un teléfono incautado por la policía surgen diálogos: “¿Qué onda? ¿Vamos a matar a alguien?”, le escribió por Whatsapp Nahuel a Ribles en la antesala al atentado. “A ese hay que caerle. Hay una buena paga por ese, Nahuel”, respondió el otro gatillero.
“Ahora me tengo que encontrar con un tachero que es el que lo va a mirar”, agregó Ribles a Rivero. El taxista es Jorge Inocencio Ojeda, preso por hacer tareas de inteligencia cerca del taller la víctima apuntada para que Ribles pueda matarlo.
Dos días después de ese chat, vuelven a hablar de una balacera en la que creían que había sido negativa, pero luego se enteraron que hirieron a una persona que estaba internada con lesiones en testículos y piernas. Nahuel, en esa charla, confirma que dieron en el blanco y se queja que recibieron poca plata. El dinero por el que no estaban de acuerdo por la balacera era de tres mil pesos. El receptor del Whatsapp le dice: “Pegaste, bien ahí”.
Los diálogos demuestran la naturalidad con la que se mata y las imágenes muestran el poder de fuego que manejan estos peligrosos delincuentes en las calles de Rosario.