El yacimiento arqueológico es aproximadamente 600 años más antiguo que la Gran Pirámide de Giza
A pocos kilómetros de Dublín, se esconce un misterio que aún desconcierta a científicos y arqueólogos. Se trata de la tumba de Newgrange, situada en el histórico condado de Meath, en Irlanda. Este yacimiento se remonta aproximadamente al 3200 a.C, con lo que es 600 años más antiguo que las pirámides de Giza, en Egipto, y 700 años más antiguo que Stonehenge, en Inglaterra.
Newgrange es una “tumba de paso”, es decir, una estructura de piedra que contiene una o varias tumbas cubiertas de hierba. Está construida siguiendo una extraña forma de riñón y cuidadosamente decorada con tallas de piedra neolíticas en su interior. Sin embargo, no se sabe mucho sobre las personas que fueron enterradas allí, quienes lo construyeron y cómo construyeron una estructura tan compleja usando simplemente piedra.
Consiste en un enorme montículo hecho de piedra y turba en el interior de un círculo de 97 grandes guardacantones y coronado por un muro de cuarzo blanco y granito. La mayoría de las piedras proceden de las inmediaciones, aunque las de la fachada fueron transportadas desde lugares más lejanos como Wicklow y la bahía de Dundalk. Además, en el interior del montículo transcurre un pasaje de 18 metros que lleva a una cámara cruciforme con un techo de seis metros de altura.
A lo largo de los años, muchos arqueólogos han intentado descifrar los misterios de la tumba en vano. Y es que aún siguen sin resolverse cuestiones como el hecho de que el pueblo neolítico fuese capaz de construir la estructura de modo que la tumba estuviera iluminada por el sol del solsticio de invierno todos los años. Así, durante el día más corto del año, aproximadamente cuatro minutos y medio después del amanecer, la luz entra a través del techo de la tumba e ilumina toda la cámara durante 17 minutos.
Newgrange permaneció perdido durante más de 4000 años hasta que en el siglo XVII fue descubierto por unas personas que buscaban piedras para la construcción, aunque en un primero momento lo describieron como una simple cueva. Durante la excavación, se encontraron los restos de cinco individuos, y posteriormente, el yacimiento fue restaurado en su mayoría entre 1962 y 1975.
Por lo tanto, este yacimiento arqueológico es el más famoso de Irlanda, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.