La fiscal Gisela Paolicelli que investiga el doble crimen ocurrido este martes en Constitución y Lamadrid, en barrio Plata, dijo que el panadero asesinado tenía nueve orificios de arma de fuego. El otro muerto sería, en principio, uno de los sicarios que fue perseguido tras el primer ataque.
Un supuesto ataque a la distribuidora de bebidas propiedad de César “Manco” García en barrio Plata se cobró este martes la vida de Gaetano Di Bartolomeo (en la foto de esta nota), un panadero conocido como El Gringo, de 62 años.
La fiscal Paolicelli informó que el panadero fue baleado pegado a su vehículo después de hacer una compra en la distribuidora de César “Manco” García, investigado por narcotráfico y otros delitos.
Ese sector de barrio Plata es conocido como la zona de “Los Manquitos”, mote derivado del apodo del jefe del clan, el hoy cuadripléjico César García, a quien también conocen como gitano. Su hijo, a quien llaman Chulo, de 17 años, quedó detenido en diciembre durante la investigación del homicidio de Javier Miño, un muchacho asesinado en julio de 2020 en barrio Tío Rolo.
Los autores de los tiros serían dos hombres. Las cámaras de la distribuidora no dejaron registro del ataque, ya que sólo graban imágenes en tiempo real, sin registros de respaldo. Según fuentes de la investigación, el equipo de grabación se encontraba incautado en el marco de investigaciones previas. Los primeros datos indican que en la distribuidora del Manco había tres empleados trabajando y justo en el momento del ataque también se encontraba personal municipal realizando una inspección.
El panadero, que tenía 9 impactos de bala en el cuerpo, había llegado temprano en la mañana a la distribuidora del Manco, en Constitución 5147, en un Citroën Elysee. Fue en ese momento que dos personas llegaron a pie y comenzaron a disparar. Fue trasladado por una mujer de apellido García al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, pero al arribar ya no tenía signos vitales.
La fiscal Paolicelli indicó que la segunda víctima fue hallada en la cuadra de Lamadrid al 3600; se trata de un joven aún no identificado y bajo sospecha de ser uno de los sicarios. Tenía dos disparos en ambos omoplatos y uno en la cabeza. Una hipótesis señala que fue perseguido desde la distribuidora.