Funcionará como prueba piloto para ampliar luego a otros paises. Tres provincias pidieron reabrir sus aeropuertos y pasos terrestres.
A partir del lunes 6 de septiembre, chilenos y uruguayos podrán entrar a la Argentina en lo que será una prueba piloto de apertura al turismo. Esta podría ampliarse al resto de los extranjeros, incluyendo otros latinoamericanos, europeos y estadounidenses si funciona bien y no aumentan los indices de contagio y muertes por coronavirus, indicaron autoridades nacionales.
Los turistas deberán tener vacunación completa, PCR negativo y un aislamiento que se definirá en los próximos días.
Uruguay abrirá totalmente sus fronteras para turistas extranjeros que estén vacunados con dos dosis, a partir de noviembre, mientras que Chile sigue cerrado.
Al mismo tiempo, Córdoba, Salta y Mendoza se confirmaron este viernes como las provincias que han pedido la apertura de sus aeropuertos internacionales y algunos de sus pasos fronterizos para recibir desde el exterior a argentinos, residentes y a turistas de Chile y Uruguay.
Las autoridades buscar armar “corredores seguros”. Así lo supo este diario tras una reunión que mantuvieron este viernes representantes de las tres provincias con la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, y la directora de Sanidad de Fronteras, Claudia Madies.
Las fronteras argentinas permanecen cerradas desde marzo de 2020, con el aeropuerto de Ezeiza, Aeroparque y San Fernando, más el puerto de entrada y salida de Buquebus por el Río de la Plata. Son los únicos puntos de entrada y salida al país. Estos se han ido abriendo o cerrando de maneras distintas durante la larga cuarentena argentina.
De ser aprobadas, las tres provincias se sumarán así al cupo de 2.300 pasajeros internacionales que se permitirán por día desde el lunes 6 de septiembre. En el Gobierno aseguran que hoy hay un promedio de hasta 1.500 pasajeros que llegan por día a Ezeiza, tras una serie de tira y aflojes después del duro cierre de julio pasado cuando, temiendo a la entrada de la variante del virus Delta, el gobierno bajó de un dia para otro la entrada de pasajeros en vuelos extranjeros a 600. Esa decisión dejó varados a miles de personas afuera del país, pero sobre todo en los Estados Unidos. Y a la Argentina prácticamente incomunicada.
A la apertura de ahora se sumarán permisos para que entren más vuelos privados. Y la idea que tienen es que las tres provincias que abrirán sus aeropuertos internacionales -si las autorizan- descompriman la entrada de los 2.300 pasajeros permitidos por día. Es decir que no todos entren por Ezeiza.