El gobierno de Estados Unidos informó este viernes que ha confirmado los primeros casos de COVID-19 en ciervos, ampliando la lista de animales que se sabe que dieron positivo a la enfermedad.
A través de un comunicado, el Departamento de Agricultura de EE. UU. Informó infecciones de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, en ciervos de cola blanca salvajes en el estado de Ohio. La USDA dijo que no hubo informes de ciervos que mostraran síntomas de infección.
“No sabemos cómo estuvieron expuestos los ciervos al SARS-CoV-2”, escribió la portavoz del USDA, Lyndsay Cole, en un correo electrónico a Reuters. “Es posible que hayan estado expuestos a través de las personas, el medio ambiente, otros ciervos u otra especie animal”.
El USDA informó anteriormente COVID-19 en animales, incluidos perros, gatos, tigres, leones, leopardos de las nieves, nutrias, gorilas y visones.
En todo el mundo, la mayoría de las infecciones animales se reportaron en especies que tuvieron contacto cercano con una persona con COVID-19, según la agencia.
El USDA informó el mes pasado que las poblaciones de ciervos de cola blanca en Illinois, Michigan, Nueva York y Pensilvania estuvieron expuestas al SARS-CoV-2, según un estudio que analizó muestras de suero de ciervos en libertad para detectar anticuerpos contra la enfermedad.
Cuatro de cada diez ciervos de cola blanca del noreste de EEUU tienen anticuerpos del coronavirus. Es decir, el virus ha circulado libremente entre ellos. Aunque los científicos ya sabían, por pruebas de laboratorio, que contraían el virus y se lo contagiaban entre ellos, ahora se sabe que también ocurre en la naturaleza, lo que plantea dos temores.
Por un lado, que en el paso por otra especie distinta el virus cambie y haya otra variante que afecte a los humanos, explica Christian Gortázar, responsable de la Unidad de Sanidad Animal de IREC. El otro problema podría ser que si se “establece un reservorio silvestre”, es decir, algo que “mantenga al virus y que éste vuelva a saltar a personas”: “Si existiera tendría una importancia grande”.
Por el momento, se investiga si los ciervos son un reservorio o si el virus circula tan rápido entre ellos que no supone un problema para los humanos. Y es que desde el principio de la pandemia los científicos han estado a la caza y captura del virus en animales silvestres, por lo que este descubrimiento los vuelve a poner en guardia. “Es posible que situaciones como esta existan en otros sitios del mundo u otras especies”, destaca Gortázar. Y es que ya se detectó en bisones que contagiaban el virus a los humanos, pero, afortunadamente, el virus no cambió tanto como para generar una variante más contagiosa o peligrosa.