Trascendió que la organización es considerada por la Justicia federal como una de las principales abastecedoras de cocaína de Rosario y zona. Se presume que adquiría entre cinco y seis kilos de cocaína por semana.
El Jefe narco conocido como, “Perú” o “Coco”, fue detenido con tres kilos y medio de cocaína en junio de 2019 durante un operativo de la División Antidrogas de la Policía Federal Argentina (PFA). Meses después, en noviembre, fueron arrestados los otros integrantes de la banda en múltiples operativos hechos en Rosario, Funes y la cárcel de Piñero.
En todo el procedimiento “Coronas blancas” se incautó un total de 5,2 millones de pesos, 111 mil dólares, cuatro vehículos y 15,5 kilos de cocaína cuyos paquetes tenían el sello de una corona, que significa la máxima pureza de ese estupefaciente.
La investigación federal pudo establecer que la banda de Rodríguez Granthon traía la droga desde Perú y la comercializaba en Funes y en los barrios rosarinos de Fisherton, Echesortu y otro del centro de Rosario.
El domicilio más importante de los allanamientos hechos fue el de Castellanos y Rioja, a metros de la terminal de ómnibus Mariano Moreno.
El fiscal federal Federico Reynares Solari hizo los alegatos de clausura en el juicio contra la banda de Rodríguez Granthon, para quien solicitó 12 años de prisión por ser considerado el jefe.
Los teléfonos secuestrados y peritados en la causa demuestran el enorme funcionamiento del narcotráfico en Rosario, se pueden ver datos de disputas territoriales violentas, zonas protegidas, operaciones de droga hechas siempre superiores al millón de pesos y protagonistas que operan tras las rejas y muestran que en la cárcel no cesan su actividad delictiva.
La organización es considerada por la Justicia federal como una de las principales abastecedoras de cocaína de la región. Se presume que adquiría entre cinco y seis kilos de cocaína por semana.
Rodríguez Granthon ademas fue imputado el año pasado por gestionar desde la cárcel de Piñero, donde está detenido, la compra de un auto robado que luego fue utilizado por dos sicarios que asesinaron al pastor Eduardo Trasante de un tiro en la cabeza dentro de su domicilio de San Nicolás al 3600.