Según una encuesta, el síndrome de estar “quemado” afecta en total a cuatro de cada 10 argentinos.
Ante el inminente retorno a los lugares de trabajo, es bueno hacer una evaluación de la experiencia del home office. Si bien tuvo un aspecto positivo para muchos empleados, hay quienes sufren o sufrieron consecuencias psíquicas. Más de uno corre incluso el riesgo de sufrir burnout, algo que afecta más a las mujeres que a los hombres. “Los estudios indican que suelen ser ellas las que, además de trabajar, se ocupan de los niños”, le dijo a DPA la alemana Franziska Stiegler, directora del proyecto de Salud Psíquica en el Mundo del Trabajo (psyGA) de la iniciativa Nueva Cualidad del Trabajo (INQA).
Los solteros también forman parte del grupo de riesgo con más posibilidades de sufrir un burnout o síndrome de “la cabeza quemada” y desgaste profesional por el teletrabajo. De acuerdo con Stiegler, el intercambio social es un recurso importante para el equilibrio psíquico.
Para la especialista, muchas de las personas que trabajan desde sus casas se quejan de que esta situación borra las fronteras entre el mundo privado y el laboral, y afirman que les cuesta cargar energías para el día a día, ya que se sienten “quemadas”. “Están agotadas de manera crónica y tienen dificultades para encontrarle un sentido a su trabajo o sentir interés por él”, señaló Eric Quintane, profesor de la Escuela Superior Internacional de Negocios (ESMT) en Berlín, Alemania. Para él, a eso se le suma que los afectados a menudo dudan de su capacidad de poder hacer bien y cumplir con las tareas, lo cual lleva a que el rendimiento efectivamente descienda.
Cuándo hay que buscar ayuda profesional
Si los afectados dicen o piensan cada vez con mayor frecuencia “no puedo más, no quiero seguir”, es aconsejable buscar ayuda profesional. “Lo mejor es actuar lo antes posible”, aconsejó Stiegler. “Muchos seguros de salud ofrecen medidas preventivas como entrenamientos online. También puede ser de ayuda contactar con algún centro de asesoramiento y dejarse aconsejar gratuitamente allí”, añadió al respecto.
Quintane subrayó que las personas que sufren burnout “no deben ser estigmatizadas”. “El burnout no es señal de que un empleado sea más débil, rinda menos o de que se le pueda delegar menos que a otros”, advirtió. Para él, antes de llegar al burnout, conviene recordar algunas recomendaciones para trabajar de forma más saludable desde casa. “Un punto clave es contar con el equipamiento técnico y ergonómico correctos. También es importante crearse rutinas claras, con pausas regulares, respetar los días de descanso y moverse lo suficiente”, aconsejó.
Mantener un intercambio regular con los jefes
Si la virtualidad continúa extendiéndose en el tiempo a pesar de que las restricciones son menos severas, otro aspecto importante es mantener un intercambio regular, aunque sea remoto, con el equipo y con los directivos. Por otra parte, los empleados deberían hablar abiertamente de los problemas que enfrentan. “Idealmente, cada jefe debería contactar a sus empleados al menos una vez a la semana y preguntarles qué les está costando más del teletrabajo y hablar con ellos acerca de las posibles soluciones”, afirmó Stiegler.
De acuerdo con Quintane, otro enfoque puede ser evaluar si el trabajo se está distribuyendo de forma equitativa entre todos los empleados. En estos casos, puede ser de ayuda rastrear la frecuencia de las “huellas digitales” que dejaron en determinado producto las personas que trabajan desde su hogar. “Es decir, analizar el tráfico de correos electrónicos, llamados y otros registros de conversaciones en plataformas digitales, sin analizar el contenido”, señaló el especialista, cuyo propio estudio demostró que eso permite identificar bien a los empleados sobrecargados.
Quintane y su equipo trabajan actualmente en un algoritmo inteligente que evalúa qué factores pueden estar relacionados con un burnout en distintas organizaciones. “Nuestro objetivo a largo plazo es desarrollar un sistema de advertencia automatizado que evite ese síndrome”, explicó.
La importancia de “desenchufarse” del trabajo
Más allá de los números, el estrés crónico tiene consecuencias, ya que es uno de los “predictores de la depresión”, advirtió Leonardo Medrano, quien dirige el Observatorio de la Universidad Siglo 21 que realizó una encuesta al respecto. “Quien padece esta sintomatología duplica las probabilidades de tener depresión en el futuro. Y la depresión es, a su vez, la principal causa de incapacidad en el mundo”, agregó.
Para combatir el estrés crónico, recomendó “tener una buena recuperación”, a la que diferenció del “tiempo de ocio”. “Es necesario desconectar, esto es dejar de responder mails y mirar redes sociales”, dijo el especialista y añadió que el ejercicio y las reuniones sociales son actividades que contribuyen a la “recuperación del organismo”.
El 41% de los argentinos sufre agotamiento laboral o “burnout”, que se presenta con síntomas como la dificultad para relajarse y realizar otras actividades después del trabajo, sumado a un sentimiento de desmotivación.
Fuente: TN/Con Bienestar