Investigadores demostraron que los adultos mayores con sobrepeso que siguen un determinado plan alimenticio preservan mejor su memoria, capacidad de planificación y toma de decisiones.
Se acerca la primavera y la gente busca mejorar su aspecto físico y sentirse más liviana. Es la estación del año donde la mayoría intenta perder peso mediante alguna dieta fresca que incluya más frutas y verduras. La mediterránea es una de las preferidas por los especialistas del mundo, y más en esta época del año. Además, en 2020, ganó por tercer año consecutivo la competencia en el ranking de los mejores planes alimenticios. Ahora, científicos aseguran que encima mejora las facultades mentales de los adultos mayores con sobrepeso.
Investigadores del Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), el Hospital de Bellvitge y el Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), todos de Barcelona, demostraron que los adultos mayores con sobrepeso que siguen una dieta mediterránea por al menos tres años “preservan mejor su memoria, capacidad de planificación y toma de decisiones”.
Se sabe que, con el paso del tiempo, es normal que la memoria y otras funciones cognitivas se deterioren, ya que es parte del envejecimiento natural de las personas. No obstante, la alimentación juega un rol importante en la salud física y mental.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores siguieron durante tres años a 487 hombres y mujeres con una edad promedio de 65 años. Al inicio del estudio, los participantes presentaban sobrepeso u obesidad y, como mínimo, tres criterios de síndrome metabólico (hipertensión, hiperglucemia, exceso de grasa en la cintura, niveles bajos de colesterol HDL y niveles elevados de triglicéridos).
Para comprobar el efecto protector de la dieta mediterránea sobre la memoria (analizar su rendimiento, la capacidad de tomar decisiones, razonar, prestar atención, planificar o ignorar ciertos impulsos) de los adultos mayores con sobrepeso, los investigadores realizaron tests neuropsicológicos al inicio del estudio y durante los siguientes tres años.
Fue de esa manera que comprobaron que, por cada punto de mejora en el seguimiento de esta alimentación, la memoria aumenta en 0,13 puntos. En tres años, se registraron mejoras de 0,60 puntos en cognición global y 0,90 en memoria.
En ese sentido, Fernando Fernández-Aranda, líder del proyecto desde el IDIBELL y el Hospital de Bellvitge, señaló: “Gracias a este estudio, hemos podido definir ventajas de la dieta mediterránea, más allá de la pérdida de peso, como la memoria verbal o la atención, que se ven claramente beneficiadas”.
Por su parte, Natàlia Soldevila-Domènech, quien también participó del estudio, explicó que “más adherencia a esa dieta implica una mejora cognitiva mucho más grande”. Y aclaró que las mejoras en memoria y cognición fueron “más significativas en mujeres, personas de más edad, las que tienen un menor nivel educativo y enfermos de diabetes tipo 2”.
Beneficios de la dieta mediterránea
Todo el mundo habla de este régimen, pero todavía las personas no saben exactamente cómo seguirla. “La dieta mediterránea está analizada a nivel científico y es una de las más saludables del mundo. Prácticamente no se la considera una ‘dieta’, sino una una filosofía de vida donde se prioriza mucho la situación social en el momento de la comida, y donde hay ciertos alimentos que tienen cierto protagonismo”, le dijo a Con Bienestar en otra nota el licenciado en Nutrición Diego Sívori (M.N. 4.870).
“Tiene muchas menos restricciones que otras dietas de moda. Es muy fácil de seguir y bastante barata. Exige comer más frutas y verduras, así como más pescado y carnes magras”, detalló por su parte Stephen Kopecky, cardiólogo de Mayo Clinic.
Una dieta mediterránea es rica en micronutrientes como el magnesio, la vitamina E y el selenio, que tienen efectos antinflamatorios y un alto contenido en fibra que fomenta niveles más bajos de dos potentes sustancias inflamatorias, la IL-6 y el TNF-alfa.
“Es una de las dietas con mayor contenido de grasa, después de la dieta cetogénica, porque contiene más grasa monoinsaturada del aceite de oliva, del aceite de palta, de los frutos secos y otros alimentos similares”, sostuvo Kopecky.
Hay varios análisis que asocian este hábito de alimentación con menores índices de obesidad, de sobrepeso, de problemas cardiovasculares, hipertensión y de diabetes.
Fuente: TN/Con Bienestar