La Artitis Reumatoidea es una enfermedad autoinmune, de origen desconocido, que ataca principalmente a las articulaciones, pero puede afectar a otras partes del organismo. ¿Qué aporta el Yoga?
Durante años existió una especie de mito sobre el beneficio del descanso y la disminución de la actividad ante enfermedades reumáticas o inflamatorias. Aníbal Scharovsky, director de Yogaterapia en Maas Yoga es licenciado en Kinesiología y Fisiatría, osteópata y creador del Postgrado en Evaluación y Tratamiento del Dolor de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que “esta creencia ha caído en desuso entre los expertos pero aún sigue rebotando en el inconsciente de quienes sufren este tipo de enfermedades. Hoy existe abundante evidencia científica de calidad que prueba los enormes beneficios de la práctica de Yoga en el manejo de los síntomas, rigidez articular y stress asociado a estas patologías”.
El 12 de octubre se instaló como Día Mundial de la Artitis Reumatoidea y de las enfermedades reumáticas para informar a la comunidad, aumentar su detección temprana y prevenir sus consecuencias que muchas veces llevan a la discapacidad. “Sabemos que el Yoga es una excelente intervención para disminuir el dolor, la rigidez y mejorar la calidad de vida de quienes sufren estas patologías”, indicó el especialista.
El grupo de enfermedades reumáticas o colagenopatías incluye enfermedades crónicas y graves a largo plazo como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, las espondiloartropatías, el lupus o la esclerodermia. “Comprometen a los huesos, las articulaciones, los músculos y afectan la movilidad de las personas pudiendo derivar en cuadros de mucho dolor, discapacidad y depresión”, describió el experto.
Según Scharovsky, la artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune, de origen desconocido, que ataca principalmente a las articulaciones, pero puede afectar a otras partes del organismo. “Nuestro propio sistema inmune ataca a nuestro organismo generando respuestas inflamatorias que afectan a las articulaciones. Contrariamente a lo que se supone no es típica de la tercera edad si no que suele iniciarse entre los 25 y 45 años y afecta más a las mujeres. Al ser crónica, es decir que va empeorando con el tiempo es importante intervenir prontamente para intentar la perdida de movilidad articular que trae mucho dolor y discapacidad a la personas”, afirmó.
El osteópata también reveló que todos los estudios coinciden en los beneficios de mantenerse flexible, con entrenamiento muscular y buena capacidad aeróbica. “La realización de ejercicios de movilidad contribuye a preservar, recuperar y/o incrementar el rango de movimiento articular, fuerza muscular y la condición cardiovascular. En general, en los pacientes con enfermedades reumáticas, la resistencia al ejercicio y la fuerza muscular están disminuidas. En ningún estudio aparecen efectos adversos ante el movimiento aunque sí se recomienda disminuir la intensidad en los momentos de crisis”, aseveró.
En el Journal of Rheumatology se han publicado estudios que prueban que las personas con artritis que practican yoga pueden obtener impresionantes beneficios físicos y mentales. Los que practican yoga tres veces a la semana tuvieron una mejora en los niveles de dolor, la energía, el estado de ánimo y la salud física en comparación con el grupo que no practicaba yoga. Los efectos permanecieron incluso nueve meses más tarde.
El doctor Clifton O. Bingham III, profesor asociado de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y director del Centro de Artritis Johns Hopkins probó en 75 adultos con artritis reumatoide los beneficios de dos clases semanales de Yoga versus otro grupo que siguió su vida sedentaria. Tras ocho semanas las personas en el grupo de yoga vieron mejoras en todas las medidas en comparación con el grupo sedentario. Sus puntuaciones de salud física, flexibilidad, los niveles de dolor, capacidad de caminar y la depresión eran mejores. Los beneficios duraron nueve meses más tarde, cuando los investigadores comprobaron de nuevo los resultados.
Scharovsky agregó que los altos niveles de estrés generan un mayor impacto en el dolor. “Uno de los primeros beneficios del yoga en este tipo de sufrimientos es mental y emocional. Al estar frente a una patología crónica y sin cura es muy importante generar hábitos saludables y evitar reacciones de stress que incrementan la inflamación y el sufrimiento. El Yoga es ideal para eso porque está probado que logra reducir los niveles de cortisol en el organismo. Esta hormona está muy asociada precisamente a los estados de tensión mental y emocional”, sostuvo.
El director de Yogaterapia en Maas Yoga recordó que “hoy sabemos que mantener niveles de cortisol altos en el organismo genera alteraciones en el sistema inmunitario. Se cree que esto lo debilita y da entrada a los agentes patógenos con mayor facilidad. Cuando disminuye el cortisol circulante, le damos al cuerpo de mejores herramientas para combatir la artritis”.
Y añadió que “esto fue probado en la Universidad de Ohio que probó que probó en un estudio que las mujeres con artritis con mayor tiempo de práctica de yoga sufrieron niveles más bajos de inflamación”.
Por ello, se recomienda la realización de un Yoga suave o terapéutico con profesionales bien formados. “Es una práctica segura. No reemplaza a las otras prescripciones médicas o de rehabilitación. Muchas veces nos sorprendemos con los excelentes resultados que logran los pacientes con la práctica sostenida a lo largo del tiempo. Durante los momentos de crisis o agravamiento es importante no detener la práctica pero si adaptarla para mantener la mayor movilidad posible sin lesionarse”, remarcó.