Se trata de un mal crónico. Su característica principal es la disminución de la masa ósea y el deterioro del tejido. La importancia de un diagnóstico temprano.
Cada 20 de octubre se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis. Su objetivo es concientizar sobre la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad crónica, progresiva y silenciosa que afecta a mujeres y a hombres a nivel mundial.
La patología se caracteriza por la pérdida de masa ósea, la debilitación de los huesos y, como consecuencia, el mayor riesgo de fracturas. Una de sus máximas complejidades radica en que no presenta signos ni síntomas hasta que efectivamente se produce una rotura.
Este debilitamiento puede ser tan alto que una caída desde la propia altura, un golpe leve o, incluso, por agacharse para atar un cordón son motivos suficientes para que la persona sufra una lesión interna. Las vértebras, las muñecas y la cadera suelen ser las zonas más afectadas.
De acuerdo con datos de la International Osteoporosis Foundation (IOF), el riesgo de fractura de cadera es mayor que el de cáncer de mama, ovario y útero, combinados. “En mujeres mayores de 45 años, la osteoporosis es responsable de más días de internación que otras enfermedades como el cáncer de mama, infarto de miocardio, y diabetes”, sostienen. Además, cerca del 50% de las personas que presentan una fractura por osteoporosis sufrirá otra en el futuro.
Qué es la osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad que afecta y preocupa a muchas mujeres. Se trata de un trastorno metabólico del hueso, caracterizada por una baja masa ósea y deterioro de la microarquitectura, cuya consecuencia es una mayor fragilidad ósea con aumento del riesgo de fracturas. La masa ósea de un individuo depende de la densidad ósea máxima, que se consigue entre los 20 y 30 años, y se relaciona con factores genéticos, nutricionales y hormonales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la fractura osteoporótica o fractura por fragilidad, como aquella causada por una fuerza que se ejerce sobre el hueso y que sería insuficiente para fracturar uno normal. El esqueleto humano se compone de alrededor de un 20% de hueso trabecular esponjoso y de un 80% de hueso cortical o compacto. Este está en un continuo proceso de desgaste, seguido por otro de formación, conocido como remodelamiento óseo. La pérdida de masa ósea es el resultado de un desbalance entre las tasas de resorción y formación.
Osteoporosis y menopausia
Esta enfermedad afecta mucho a las mujeres luego de la menopausia: 1 de cada 5 mujeres postmenopáusicas padece la enfermedad, según datos de la International Osteoporosis Foundation (IOF). Con Bienestar habló sobre el tema con la endocrinóloga María Belén Zanchetta (M.N. 106.937), directora médica del Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) y miembro del Comité de Asesores regionales de la IOF, que sostuvo que si bien la osteoporosis es una enfermedad que puede afectar a varones y mujeres, jóvenes y adultos y que deteriora la calidad de los huesos (con mayores posibilidades de fracturas ante un trauma mínimo), es una enfermedad característica de la mujer luego de la menopausia.
“Esto se debe a que la hormona femenina, el estrógeno, es un gran protector de nuestro esqueleto. Mientras las mujeres tienen gran cantidad de esa hormona durante sus etapas fértiles, tienen muy protegidos sus esqueletos. Eso también tiene relación con el amamantamiento y el gran nivel de calcio que la mujer le otorga al bebé. Cuando llega la menopausia, desaparecen los estrógenos, entonces esa protección se pierde”, detalló la también magíster en Osteología y Metabolismo Mineral de la Universidad del Salvador (USAL).
“Después de la menopausia, hay una pérdida normal y fisiológica de hueso. Sin embargo, en algunas mujeres, esa pérdida es exagerada. En otros casos, ocurre que tenían poco calcio en el cuerpo y entran en un déficit. Por esa insuficiencia de estrógenos es que la osteoporosis es una enfermedad por excelencia de la mujer en la menopausia. No da síntomas, entonces tiene la contra de que su detección muchas veces es tardía. Por eso, se recomienda el testeo de la masa ósea en toda mujer después de la menopausia. El médico revisa en la historia clínica qué factores de riesgo tiene la paciente y le hace un estudio de imagen que se llama densitometría”, explicó.
En esa misma línea, aclaró que -aun no teniendo riesgos- esos estudios médicos se les hacen a todas las mujeres de más de 65 años por el riesgo de fractura aumentado. En aquellas más jóvenes, entre los 50 y 60 años, se evalúa la existencia de factores de riesgo y, en base a eso, se le hacen estudios más precisos. “Los factores de riesgo son los antecedentes maternos de fractura (debido a la genética), todo lo que tenga que ver con trastorno del estrógeno, anorexia nerviosa, consumo de corticoides, entre otros. En esos casos, hay que evaluarlas antes de los 60 años”, precisó.
La importancia de la masa muscular
Zanchetta amplió: “Es importante que la gente asocie la fractura con la osteoporosis. Los estudios demuestran que solo el 20% de las personas que se fracturan habían recibido tratamiento para la osteoporosis. En general, cuando se atienden con un especialista, los pacientes piensan que la fractura se debe al golpe, pero no suelen pensar que pudo haber sido por una alteración en la calidad de sus huesos. A veces, el profesional, en el apuro, tampoco lo relaciona. Sin embargo, deberíamos asumir que la fractura es por osteoporosis hasta que se demuestre lo contrario. Entre el 10 y el 20% de las personas que se acercan al IDIM por problemas en sus huesos, tiene en realidad problemas en sus músculos”.
Factores de riesgo de osteoporosis
- Edad avanzada: mujeres mayores de 65 años.
- Bajo peso y estatura o índice de masa corporal menor a 19.
- Antecedente de fractura de cadera en familiar de primer grado.
- Antecedente personal de fractura por fragilidad (no provocada por un trauma severo) después de los 45 años.
- Tabaquismo activo.
- Administración de corticoesteroides en dosis mayores a 7.5 mg/día (de prednisona o su equivalente) por un período de más de tres meses.
- Insuficiencia ovárica precoz.
- Alcoholismo.
Tratamientos
La endocrinóloga explicó que hoy en día existen múltiples tratamientos para esta enfermedad: “El tratamiento universal consta de tres pilares: la adecuada ingesta de calcio (dos porciones de lácteos por día: queso, leche o yogur), la vitamina D (permite que se absorba el calcio del intestino), y la actividad física, ya que el hueso y el músculo están íntimamente relacionados.
Además de lo anterior, existen otros tratamientos que son los que forman nuevo hueso y los que evitan la destrucción del hueso (antirresortivos), que se utilizan para los casos más leves. Es muy importante que las mujeres sepan que, ante una fractura cualquiera, es necesario descartar primero la osteoporosis”, concluyó.
Fuente: TN/Con Bienestar