| En el Mes del #CancerdeMama dialogamos con Virginia Ruscitti, de la ONG #ChicasPINK, integrado por mujeres sobrevivientes al cáncer de mama.
Esucha la nota completa emitida en el programa Punto de partida
Cada 19 de octubre, día en que se conmemora la lucha contra el cáncer de mama, un grupo de mujeres se aferra más a la vida. Muchas de ellas tienen un vínculo directo con la enfermedad y encontraron en el remo, además de una actividad que les trae beneficios, un nuevo estilo de vida.
Hay una frase que dice que “del dicho al hecho hay un largo trecho”. Sin embargo, las Chicas Pink hicieron de esa frase una excepción a la regla: del dicho “habrá que remarla” pasaron al hecho e hicieron del remo una actividad clave en su nuevo estilo de vida.
¿Y por qué nuevo estilo de vida? Porque son mujeres que vivieron en carne propia el cáncer de mama, que escucharon de la boca de un médico que iban a tener que hacer quimioterapia y, en algunos casos, someterse a una mastectomía.
Chicas Pink (o Chicas Rosa) es una agrupación que nació en Santa Fe en 2016 por iniciativa de dos mujeres. Hoy son 15. Se las ve radiantes. Tienen un espíritu que contagia y lucen orgullosas el rosa que las identifica y que también simboliza la lucha contra el cáncer de mama.
“Nosotras somos todas mujeres que directa o indirectamente, ya que amigas nuestras también nos acompañan, estamos vinculadas a la enfermedad y decidimos juntarnos para hacer una actividad física post tratamientos por cáncer de mama”, cuenta Virginia Mezzo.
Para las Chicas Pink el remo es la terapia a seguir después de los tratamientos de rayo y quimioterapia. No importa la edad, cualquier mujer que se encuentre en la etapa final del tratamiento y cuente con autorización médica puede remar. Y es remo, y no otra actividad, “porque está comprobado que con un entrenamiento continuo y progresivo se logra fortalecer torsos y brazos y combatir la inflamación y efectos secundarios que te produce la enfermedad, por ejemplo, sentir la zona de la axila anestesiada”, agrega Virginia.
Sus dichos están avalados en una experiencia canadiense. Según contó, fue un doctor especialista en medicina del deporte el que armó un grupo experimental con mujeres con mastectomías y comprobó los beneficios del remo.
Hoy, las Chicas Pink integran uno de los diez equipos de remo femenino con integrantes vinculadas directa o indirectamente al cáncer de mama. Además forman parte de la Comisión Internacional de Remeras con cáncer de mama y pertenecen al Movimiento Mundial IBCPC en la disciplina bote dragón.
Este grupo de amigas hace remo en la escuela Tupá. Se juntan generalmente los viernes y sábados, o simplemente cuando alguna tiene ganas de remar y lo propone en el grupo de whatsApp. “Después de un cáncer aprendés a valorar cosas que antes no valorabas, como la naturaleza. Lo que a nosotras nos da el riacho Santa Fe y ese paisaje es único. Somos unas agradecidas a la vida por haber tenido la posibilidad de conocer ésto que hoy forma parte de nuestra filosofía de vida, aún sabiendo que surgió como correlato de una dura enfermedad”, finalizó Viviana Cámara, otra de las Chicas Pink.
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