Alrededor del 12% de las denuncias que en Rosario ingresan al Ministerio Público de la Acusación (MPA) son por violencia de género y abuso sexual.
En números absolutos, solo en el primer semestre ingresaron a la Unidad de Delitos Sexuales que comprende el Área de Violencia de Género, más de 7.200 presentaciones.
Más de mil fueron por delitos contra la integridad sexual, que tienen como víctimas a niñas, niños y adolescentes y otras 6.200 por agresiones en contexto de violencia de género.
La cifra por violencia de género significa un promedio de 35 presentaciones diarias que debe tramitar un equipo de tres fiscales, cuatro secretarios de gestión y menos de dos empleados por cada fiscal a cargo.
No hay brigadas específicas ni organismos que vayan al territorio y evalúen el contexto en que se dan los hechos, apenas hay dos trabajadores sociales para todo el MPA y tres psicólogos (otros tres tienen contratos eventuales).
La Comisaría de la Mujer, una herramienta fundamental para las investigaciones, tiene hoy los mismos recursos que cuando se creó y no cuenta siquiera con un móvil propio. Con ese escenario, los fiscales que deben dar respuesta afirman que la situación es de “colapso”.