Portugal aprobó leyes para promover el equilibrio entre el trabajo y la vida privada y atraer “nómadas digitales” de todo el mundo, en pleno auge del home office a raíz de la pandemia del coronavirus.
Un conjunto de leyes aprobadas en Portugal prohíbe a los empleadores ponerse en contacto con trabajadores remotos fuera del horario laboral, excepto en circunstancias excepcionales, en un esfuerzo por promover el equilibrio entre el trabajo y la vida privada en una era de floreciente trabajo remoto provocado por la pandemia del coronavirus, y para atraer “nómadas digitales“ de todo el mundo.
Las nuevas reglas, que imponen multas a los infractores, se aplican a empresas con más de 10 empleados.
También exigen que los empleadores paguen al personal por los gastos relacionados con el trabajo incurridos mientras desarrollaba sus tareas en casa, como los costos de electricidad o Internet, y que los empleados y superiores se reúnan en persona cada dos meses para evitar el aislamiento, informó The Associated Press. Las leyes también establecen que en los casos donde es posible el trabajo a distancia, los padres pueden optar por trabajar de forma remota, sin hacer arreglos previos, hasta que su hijo tenga 8 años.
Ana Mendes Godinho, ministra de Trabajo de Portugal, dijo en la conferencia tecnológica Web Summit en Lisboa que este es un “momento crucial” para establecer nuevas reglas. La pandemia “aceleró la necesidad de regular lo que necesita ser regulado”.
No todos los cambios propuestos pasaron por la legislatura. El derecho legal a apagar los dispositivos de trabajo una vez finalizada la jornada laboral, llamado “derecho a desconectarse”, no obtuvo la aprobación final de los legisladores.
Las cifras de empleo de Portugal se han recuperado a niveles anteriores a la pandemia y, en julio, el país alcanzó el mayor número de personas empleadas desde 1998, según cifras oficiales. Sin embargo, hasta mediados de año, el 80% de los nuevos trabajadores se consideraban “precarios”, empleados con contratos a corto plazo o con proveedores de servicios.
Los esfuerzos del gobernante Partido Socialista de Portugal para regular la nueva realidad del trabajo a distancia, acelerada por la pandemia, se producen cuando otros países también consideran iniciativas para mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida. España y Japón dieron a conocer recientemente planes para experimentar con una semana laboral de cuatro días. Un estudio pionero en Islandia encontró que una semana laboral de cuatro días era un “éxito abrumador”, tanto en la satisfacción como en la productividad de los empleados.
Otros países ven el trabajo remoto como una oportunidad para atraer trabajadores digitales itinerantes y recaudar más ingresos. A mediados de 2020, Barbados lanzó un programa que permitía a los visitantes permanecer hasta un año en la isla caribeña sin visa. Ahora Barbados podría tener algo de competencia.