Hoy el mundo se prepara para recordar al líder de Queen. Documentales, ediciones de libros y shows en vivo forman parte del aniversario.
Los últimos meses de vida de Freddie Mercury son uno de los secretos mejor guardados del rock. Su última aparición pública fue el 18 de febrero de 1990 en una gala de los Brit Awards; es decir, antes incluso de lanzar “Innuendo”, su despedida musical. Y nunca más lo volvimos a ver: al menos sin la intervención indecente de los paparazzis.
Varios años después, y concretamente en el mundo de las redes sociales, pudimos tener flashes, conmovedoras postales de cómo vivió sus últimos días. Las imágenes de Mercury, muy lejos de la pose del escenario, ya sin bigote y con risueñas camisas hawaianas que contrastaban con su físico visiblemente desmejorado, enternecen a multitudes y son un testimonio cruel del SIDA en esos años. Para sus últimos días no quiso aplausos ni excesos, sino que pasaba mucho tiempo entre las plantas de su jardín y con sus seis gatos. Oscar, uno de ellos, quedó especialmente inmortalizado en esas fotos, tomadas por Jim Hutton, su pareja los últimos seis años de su vida.
Treinta años después, quizás sea posible contar cómo fueron esos últimos meses con respeto y sin estigmas. En su momento, se entiende por qué el ídolo decidió resguardarse en la intimidad y revelar que tenía SIDA solo un día antes de fallecer, el 24 de noviembre de 1991 a los 45 años.
Una bronconeumonía complicada por VIH se llevó a una de las voces más gloriosas del siglo XX. Mientras se complicaba el cuadro, difundió una carta que pese a los años transcurridos no deja de erizar la piel: “Siguiendo la enorme conjetura de la prensa de las últimas dos semanas, es mi deseo confirmar que padezco sida”, escribió. “Sentí que era correcto mantener esta información en privado hasta el día de la fecha para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado la hora de que mis amigos y seguidores conozcan la verdad y espero que todos se unan a mí y a mis médicos para combatir esta terrible enfermedad. Mi privacidad ha sido siempre muy importante para mí y soy famoso porque prácticamente no doy entrevistas. Esta política continuará”.
Al funeral acudieron las lágrimas de todos, incluidos colegas como Elton John y David Bowie, quien sintió especialmente la pérdida. El destino de sus cenizas también es un misterio, y probablemente Mary Austin (su ex-novia y amiga, heredera de la mayor parte de sus bienes, su fortuna y derechos de autor) se lleve el paradero a la tumba.
Hay quienes piensan que descansan bajo el inmenso roble de su casa en Garden Lodge, en Kensington (Londres); otros, que fueron repartidas entre las salas londinenses donde despegó su carrera. Para otros, Austin las esparció secretamente en el Lago Leman de Suiza: en ese paisaje plácido, cristalino y solitario vivió durante el último tiempo.
Así, sin tumbas ni altares sagrados, sus fans solo pueden aferrarse a los discos y a lo que muchos dicen sobre él. Desde “Bohemian Rhapsody”, película que con mucho tino evitó especular sobre el final de su vida, hasta el libro escrito por el mismo Jim Hutton, “Mercury y yo”, donde intentó exorcizar el dolor que sentía un año después de su muerte (él finalmente falleció en 2010). “Freddie Mercury: A Life, In His Own Words”, del archivista de Queen Greg Brooks, recoge todas las declaraciones del cantante a lo largo de su vida. Y el recientemente lanzado “Magnifico!: The A to Z of Queen” es el resultado del profundo conocimiento del periodista Mark Blake (disponible en eBook, de momento sin traducción en español).
Este último libro rastrea sus amistades, desde la rivalidad con Bowie, la relación frustrada con Michael Jackson y la admiración por Montserrat Caballé, que lo llevó a sentir vergüenza e inseguridad la primera vez que se vieron, cuando todavía no le había compuesto “Barcelona”.
Pero en este 30° aniversario, lo más esperado es el documental que la BBC anunció, “Freddie Mercury: el acto final”, donde se investiga más sobre ese período de su vida, e incluso aportando detalles del famoso concierto tributo en el estadio de Wembley un año después, donde se unieron John, Bowie y Annie Lennox en una histórica transmisión que unió a 72 mil personas en vivo y, a través de la tevé y la radio, a más de 500 millones de personas en 76 países.
El material de 90 minutos, que se estrenará el mismo 24 de noviembre, incluye nuevas entrevistas con los miembros de Queen Brian May y Roger Taylor, la hermana de Mercury, Kashmira Bulsara, sus amigos Anita Dobson y David Wigg, entre otros. Además, analiza el impacto del HIV en esos años, recogiendo testimonios de médicos y activistas.