Magdalena Andersson dimitió luego de que fracasara su presupuesto y uno de sus partidos aliados decidiera retirarse del gobierno.
Menos de ocho horas después de su elección en el Parlamento, la nueva Primera Ministra sueca, Magdalena Andersson, tuvo que renunciar el miércoles tras el fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno.
“Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho”, declaró la dirigente socialdemócrata, añadiendo que esperaba ser reelegida en una próxima votación.
El presidente del Parlamento sueco de 349 escaños, Andreas Norlen, dijo que había recibido la renuncia de Andersson y que se pondría en contacto con los líderes del partido “para discutir la situación”, según la agencia de noticias sueca TT. El jueves anunciará el camino a seguir.
La propia propuesta presupuestaria del gobierno fue rechazada en favor de una presentada por la oposición, que incluye al partido populista de derecha, Demócratas Suecos. El tercer partido más grande de Suecia tiene sus raíces en un movimiento neonazi.
“Ahora el gobierno ha votado un presupuesto que ha sido negociado por un partido de extrema derecha”, dijo el portavoz del Partido Verde, Per Bolund. “Es algo que lamentamos profundamente”. Antes, Andersson dijo que podía “gobernar el país con el presupuesto de la oposición”.
“Tenemos un partido unido detrás que dice que no podemos sentarnos en el gobierno que aplica una política negociada (con los Demócratas de Suecia). Tenemos que mirar a los ojos a nuestros votantes y sentirnos orgullosos”, dijo Marta Stenevi, la otra portavoz de los Verdes cuando el partido decidió renunciar al gobierno.
El partido dijo que está dispuesto a apoyar a Andersson en una nueva votación para elegir un Primer Ministro. No estaba claro en qué consistiría este dramático acontecimiento.
El presupuesto aprobado se basó en la propia propuesta del gobierno, pero de los 74.000 millones de coronas (8.200 millones de dólares) que el gobierno quería destinar a las reformas, algo más de 20.000 millones de coronas (2.200 millones de dólares) se redistribuirán el año que viene, dijo la emisora sueca SVT.
El presupuesto aprobado pretende reducir los impuestos, aumentar los salarios de los agentes de policía y destinar más dinero a distintos sectores del sistema judicial sueco.
El nombramiento de Andersson como Primera Ministra marcó un hito para Suecia, considerada durante décadas como uno de los países más progresistas de Europa en lo que respecta a las relaciones de género, pero que aún no había tenido una mujer en el máximo cargo político.
Andersson había sido elegida para sustituir a Stefan Lofven como líder del partido y Primer Ministro, funciones que abandonó a principios de este año.
En el Riksdag, de 349 escaños, 117 legisladores votaron a favor de Andersson, 174 rechazaron su nombramiento, mientras que 57 se abstuvieron y un legislador estuvo ausente.
Según la Constitución sueca, los primeros ministros pueden ser nombrados y gobernar siempre que la mayoría parlamentaria —un mínimo de 175 legisladores— no se oponga a ellos.
Las próximas elecciones generales de Suecia están previstas para el 11 de septiembre.