Los incendios forestales frente a las costas de Rosario y alrededores no cesan pese a la labor de brigadistas, una logística que le insume cifras millonarias a la provincia en cada operativo que debe desplegar para sofocar las llamas.
Casi 600 hectáreas se quemaron durante las últimas jornadas en el Delta del Paraná frente a la costa de Arroyo Seco, sirven para explicar las causas que derivaron en otra noche viciada de humo sobre Rosario y alrededores.
La calidad del aire presenta una toxicidad muchas veces superior al máximo tolerable para la población. Desde Protección Civil combaten las llamas pero ruegan como es costumbre por la lluvia de la madre naturaleza. Se espera agua del cielo para la madrugada de este jueves, lo cual permitirá sofocar de manera definitiva los focos, al menos por un tiempo.
Los focos estuvieron ubicados frente a las costas de Arroyo Seco, hacia el interior del humedal. De acuerdo al registro elaborado por el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), los focos se registraron a 5, 12 y 21 kilómetros cuyas dimensiones fueron de 21,71, 242,76 y 294 hectáreas, es decir, casi 600 hectáreas que se suman a las casi 700 mil de las 1.500.000 que ostenta el castigado Delta del Paraná.
Mientras tanto los ambientalistas esperan un gesto del Ejecutivo nacional para que se pueda tratar la ley de humedales, la misma podría perder estado parlamentario a fines de noviembre por la paralización del debate en la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación. El proyecto sigue trabado y si no se logra un dictamen, deberán presentarla nuevamente. “Increíblemente vergonzoso”.
Rosario es una ciudad insegura hasta para respirar, y en este caso el encierro muchas veces no es suficiente porque el humo penetra hasta por los más delgado.