Tras la segunda jornada de baja de precios en Liniers, el ministro de Agricultura remarcó que las restricciones a las ventas externas regirán hasta fin de año.
El ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, insinuó que las restricciones para exportar carne terminarán en diciembre y que en 2022 la cartera a su cargo definirá un nuevo esquema. Se anunciará en los próximos días, según adelantó en el brindis de fin de año de las cadenas de cultivos, realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires este martes.
Cuando aceptó el cargo, dos meses atrás, Domínguez puso como condición que se le permitiera reabrir las exportaciones de carne. Flexibilizó los embarques de la vaca china. Y ahora, parece haberle ganado la pulseada interna al Secretario de Comercio, Roberto Feletti, que amenazó con aumentar las retenciones o implementar un mecanismo de subsidio cruzado para controlar el precio local del producto.
Dos situaciones abonan esa impresión. Por un lado, este martes, el ministro remarcó que las restricciones a las exportaciones de carne -no le gusta la palabra cepo- regirán hasta el 31 de diciembre.
Por otro lado, Feletti lleva dos días sin hacer declaraciones sobre la carne, y la reunión que tenía previsto tener esta semana con representantes de la frigoríficos, supermercados y exportadores de reses bovinas no tiene fecha fijada.
El contrapunto entre Julián Domínguez y Roberto Feletti
Antes del fin de semana largo, Feletti anunció que había llegado a un acuerdo con la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) para que los precios de la carne se mantuvieran estables “por tres días”. Y el domingo, advirtió que podrían subirse las retenciones a las exportaciones de cortes bovinos para contener los precios. Y barajó la posibilidad de reflotar una resolución de Guillermo Moreno, quien cuando ocupó ese cargo adoptó un sistema de “subsidios cruzados” para intervenir en el mercado.
Esas ideas recibieron un fuerte rechazo de los sectores productivos, que anticiparon eventuales manifestaciones de protesta, y de dirigentes del interior del país, que consideraron esa posibilidad como una “apropiación de la producción de las provincias ganaderas para favorecer al conurbano bonaerense”.
Pero, las réplicas al funcionario también llegaron desde adentro del Gobierno. El mismo domingo, el responsable del área ganadera en el Gobierno dijo que “el productor no es formador de precios, es formador de trabajo. Y hasta que no se entienda eso, termina siendo la parte más débil de toda la cadena y al que siempre joroban”.
Domínguez estaba en la Exposición y Feria de Ganado Mayor de la Sociedad Rural de Lago Argentino y lo escucharon la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, y el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Jorge Chemes. Aunque pareció que quería que lo escuchara Feletti. Corrió el rumor de que también le transmitió ese criterio a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Se esperaba con expectativa la evolución de los precios en el Mercado de Liniers y los valores bajaron por segunda jornada consecutiva, entre $ 2 y 10 en las distintas categorías, respecto del viernes, la anterior jornada de remates. Los animales livianos (entre 300 y 400 kilos) destinados al consumo interno quedaron en $250 por kilo vivo. Así, el promedio de subas durante noviembre, que a mediados de la semana pasada llegó al 25%, ahora se redujo al 15%.
Junto a los representantes de las cadenas de cultivos, Luis Zubizarreta, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja); Miguel Cané, titular de Argentrigo; Alberto Morelli que preside la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar); y Enrique Moro de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), Domínguez afirmó que “la plataforma del crecimiento y del desarrollo es el diálogo”.
Domínguez destacó el diálogo para encontrar soluciones, en el brindis de las cadenas de cultivos
Sostuvo que “a través de escucharnos, de compartir miradas es la forma de construir juntos las mejores decisiones. Quiero destacar también que el Presidente Alberto Fernández me dijo que me convocaba porque creía y me pedía que el diálogo sea el instrumento para encontrar soluciones. Y si potenciamos nuestras capacidades seguramente eso va a beneficiar a todo el país”.
En ese sentido destacó “el trabajo que se ha hecho desde el Consejo Económico y Social, en el proyecto de ley que se envía al Congreso de la Nación. Es una ley de fomento agrobioindustrial que es fruto del consenso y de la organización de intereses en función de un proyecto común”, remarcó “convencido de que este nuevo concepto de agrobioindustria es el lanzamiento hacia el futuro”.
Además señaló que “el sector claramente demostró estar preparado para incorporar en nuestro país los desafíos que nos presenta el nuevo orden global”. En ese sentido, el titular de la cartera agropecuaria planteó su “compromiso con la biotecnología” y llamó a “aceptar que el cambio climático vino para quedarse”. “Las nuevas tecnologías nos permitirán mejorar rendimiento y también satisfacer la demanda de los distintos mercados”.
La inflación sigue siendo la principal inquietud en el Gobierno
La principal inquietud del Gobierno respecto de la inflación es mostrar ante la opinión pública que se está gestionando la suba de precios. En el caso de la carne, el objetivo del secretario de Comercio es que el alza que se verifica en el mercado mayorista (Liniers representa menos del 20% de la faena nacional) no tenga un fuerte impacto en los consumidores.
Con todo, especialistas de la cadena de ganados y carnes reflejan que, más allá de lo que puedan maniobrar las grandes cadenas de supermercados para sostener las ventas, y aplacar la ansiedad del Gobierno, los precios en las carnicerías se actualizaron la semana pasada y mantendrán esos valores. Luego de las elecciones, las media reses de entre 95 y 100 kilos pasaron de valer entre $ 400/410 por kilo a $520/530. Eso trasladado a los precios al consumidor da cortes a un promedio de $1000/1200.
Más allá de sus debates internos, en el Gobierno entienden que las razones de las subas en el precio de la carne son varias. Incluso admiten que esta parte del año suele tener alzas estacionales, por la reducción de la hacienda disponible.
Desde la cadena de ganados y carnes aseguran que esas circunstancias se agravaron en este 2021, por la falta de incentivos para invertir que provocaron las restricciones exportadoras. Y remarcan que los aumentos en los precios de la carne son consecuencia de la inflación.
Advierten que los precios de la hacienda se trasladarían a las carnicerías
Al respecto, el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Daniel Urcía, precisó que desde que comenzó el cepo exportador “la inflación acumulada implicaba un atraso real de por lo menos 20% en el precio de la hacienda. Era cuestión de tiempo que los valores se actualizarán”.
La industria cárnica –expuso el directivo- “tiene un alto costo operativo y con aumentos de costos (salariales, energía, combustibles, entre otros) necesitaría un mayor volumen de faena y producción para ser competitiva”. Al respecto reclamó agilizar el proyecto de ley de fomento agroindustrial, que con beneficios fiscales ayudaría a ampliar los stocks bovinos.
Y presagió: “Los mataderos frigoríficos están en una situación crítica que llevará seguramente a renegociar los acuerdos comerciales con los matarifes y por ende se ratificarán los aumentos que se trasladarán a las carnicerías”.
Fuente: TN/Campo