Es por acciones como estas que se dice que el alma pura de un niño puede cambiar el mundo entero, su nobleza y la manera positiva en que siempre ven las cosas es maravillosa.
A veces se dice que somos los adultos quienes formamos a nuestros hijos pero honestamente creo que es todo lo contrario. Son esos pequeños corazones los que nos enseñan a ser mejores personas, a ayudar al prójimo desinteresadamente y de alguna u otra manera llenar de alegría la vida de quien nos rodea.
Esta hermosa niña de Manchester, llamada Tallulah de 8 años de edad decidió aprender el lenguaje de las señas para poder comunicarse con su repartidor favorito.
“Cuando se me acercó y me dijo ‘Que tengas un buen día’ solo con señas me sorprendió”. Comento Tim, el humilde repartidor quien sueña y anhela que todas las personas se contagien de esa buena vibra y acción de esta pequeña para sentirse cómodo e incluido a la hora de realizar su trabajo.
Esta pequeña niña entabló una hermosa amistad con su repartidor y todas las mañanas cuando Tim debe repartir algunos paquetes por el barrio ella sale a darle los buenos días y el gesto que atesora en el corazón Tim es que Tallulah en medio la pandemia corrió a entregarle un hermoso arcoíris.
“Fue hasta hace poco que nos dimos cuenta que Tim aún conserva ese dibujo que le entrego mi hija, lo tiene pegado en el vidrio de su camioneta”. Dijo Amy Roberts, madre de la niña.