La Provincia de Santa Fe deberá pagar 7 millones de pesos a la docente María Antonia Gauna que en 2005 fue injustamente condenada por el asesinato de su marido y pasó doce años presa.
La provincia deberá indemnizar a una mujer que estuvo presa casi 12 años, acusada por un crimen que no cometió, en Arequito. El fallo se conoció a casi cinco años de que recuperara la libertad y fuera absuelta por la Corte provincial. María Antonia Gauna vivía con su pareja. Se habían casado seis meses antes de que ambos fueran hallados ensangrentados, con heridas de arma blanca, en jardín de su casa. “En la causa nunca se siguió otra línea de investigación”, recordó el abogado Hernán Martínez sobre el expediente penal en el que se declaró la nulidad de la condena a prisión perpetua de la mujer que hoy tiene 52 años. “Estoy viva para buscar la justicia”, dijo sobre el crimen de su marido, Omar Bartolelli.
“Estar 12 años privada de libertad a causa un daño irreparable, ningún dinero alcanza para todo lo que perdí”, manifestó en Radio EME Maria Antonia Gauna, la docente que permaneció todo ese tiempo presa siendo inocente. Además, mencionó: “Fue la Corte Suprema de Santa Fe que descubrió el error en las pericias y me dio la razón”.
Daños y perjuicios, daño moral y material, pérdida del proyecto de vida son algunas de las cuestiones que tuvo en cuenta del Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual Nº 2 al ordenar el pago de 3 millones de pesos (que con intereses y capital suma unos 7 millones), a la mujer que vivió un calvario desde aquella noche de febrero de 2005. El tribunal difirió establecer el monto por el rubro lucro cesante, ya que también sufrió la pérdida de su fuente laboral. En tanto, la resolución será apelada ya que se buscará otro monto ante el tenor del daño causado.
Pese a su negativa y el pedido de que se siga otra línea de investigación, María fue condenada en 2008 a prisión perpetua. Luego de ocho años de proceso penal, logró que el máximo tribunal provincial anule la sentencia, en diciembre de 2016, por lo que recuperó la libertad. Estudios médicos y la declaración de un cirujano revelaron que jamás pudo provocarse las heridas que tenía. “El modo en el que se estimaba que había ocurrido el ilícito era imposible”, señaló el abogado que representa a María también como querellante de la causa penal que lleva la Fiscalía de Casilda y que aún no tiene imputados por el crimen de su marido.
La mujer apuntó desde el inicio a un cuñado de la víctima, con quien estaban enemistados. Según indicó, esa noche entró a la casa encapuchado, con un arma, y cuando ella llegó, lo reconoció por la voz. “Todo fue con fines económicos”, dijo sobre el reclamo del dinero de la venta de un tractor.
Para el tribunal extracontractual -que analizó la demanda civil-, “luce evidente que existió una real afección al proyecto de vida que debió soportar Gauna frente a las consecuencias derivadas de las resoluciones judiciales que la condenaron a prisión perpetua y por las cuales pasó casi doce años de su vida presa, el cual merece ser resarcido”.
María relató a este diario que pudo recuperar su trabajo como docente -ahora está en Corrientes-, pero asegura que su lucha es por recuperar muchas otras cosas, como sus objetos personales y los de su vida con Omar. “Estamos luchando desde que fui absuelta para que me devuelvan mis cosas. Perdí la mitad de mi vida, mi casa, a mi marido. Todavía estoy esperando respuestas en el expediente sobre la herencia. Y en la causa penal, demostré que soy inocente y la justicia ya dijo que hay que investigar al tercero. Yo ya declaré como víctima y espero justicia”.
Con información de Pagina12