La política conservadora, todavía con altas cotas de popularidad, pone fin a 31 años de carrera política, mientras que el socialdemócrata tomará las riendas de un Gobierno compuesto por primera vez en el país por igual número de hombres y mujeres.
Dos meses y medio después de las elecciones en Alemania, el socialdemócrata Olaf Scholz fue elegido este miércoles canciller al frente de una coalición de tres partidos, lo que significa el regreso de su agrupación al poder y el fin de 16 años de Gobierno de la conservadora Angela Merkel.
Scholz, de 63 años, recibió 395 votos a favor de los 736 diputados del cámara baja del Parlamento, que fueron elegidos en los comicios del 26 de septiembre.
“Sí”, dijo Scholz a la presidenta del Parlamento, Barbel Bas, cuando le preguntó si aceptaba el resultado de la votación.
El presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, le entregó después un acta que oficializa su nombramiento y marca el inicio de su mandato, informó la agencia de noticias AFP.
Su elección como noveno canciller de Alemania después de la guerra no daba lugar a dudas ya que su Partido Socialdemócrata (SPD) ganó las elecciones con 206 escaños contra 197 de la formación conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) hasta ahora en el poder.
Scholz está apoyado por los Verdes (118 escaños) y los liberales del FDP (92), que forman la nueva coalición en el poder.
El resultado de esta votación marca la retirada de la conservadora Merkel después de cuatro mandatos. Solo por nueve días, la emblemática dirigente no habrá batido el récord de longevidad en el poder de Helmut Kohl.
La dirigente, que encadena homenajes en las últimas semanas, dejará definitivamente la cancillería tras una ceremonia de traspaso de poderes con Scholz, adversario y a la vez aliado, ministro de Finanzas y vicecanciller en los últimos cuatro años.
Merkel, todavía con altas cotas de popularidad, pone fin a 31 años de carrera política, la mitad de ellos al frente de la primera economía europea y cuarta mundial.
Feminista convencido, Scholz tomará las riendas de un Gobierno compuesto por primera vez en Alemania por igual número de hombres y mujeres.
La recién estrenada coalición deberá hacer frente a la peor crisis sanitaria desde la aparición de la Covid-19, con los hospitales bajo fuerte presión.
La ola de contagios llevó al gobierno a imponer duras restricciones para los no vacunados, que no pueden entrar en restaurantes, lugares culturales y, en algunas regiones como Berlín, en tiendas.
La estrategia del nuevo ejecutivo pasa por la obligatoriedad de la vacuna, deseada por Scholz y que podría aplicarse desde febrero o marzo.