Jorge Bortolozzi, funcionario del Ministerio de Seguridad, que ya se había desempeñado al frente del Servicio Penitenciario tanto en la gestión de Jorge Obeid, como en la de Omar Perotti, aseguró que las cárceles tienen que tener un sistema de seguridad similar al que utiliza Estados Unidos para alojar al líder narco mexicano Chapo Guzmán.
Bortolozzi ahora secretario de Seguridad Pública de Santa Fe, habló en Rosario de la cuestión de los delitos organizados desde dentro de unidades penales santafesinas: “Hemos colocado inhibidores y reemplazaremos los que están obsoletos; monitoreamos las 24 horas a los presos de alto perfil; requisamos todos los días, pero no podemos entrometernos, por ejemplo, en las visitas íntimas a las que tienen derecho los reclusos, durante la cuales podrían dar instrucciones a sus parejas. Entonces, hay que cambiar ciertas reglas de juego para que el corte de comunicación con el exterior sea efectivo y eso lo tendrá que hacer el Congreso Nacional con la modificación de la ley nacional y así poder generar nuevas restricciones a los presos de alta peligrosidad”, sostuvo.
Habló de un modelo de seguridad como el que tiene el narcotraficante El Chapo Guzmán alojado en Estados Unidos, donde tiene una celda con luz durante todo el día, una ventana opaca para que reconozca si es de día o de noche, una cámara con zoom para leer, una bicicleta fija al lado. “Tiene comunicación con el exterior como se ve en las películas con un vidrio y una teléfono”, expresó.
“Pero para eso necesitamos una ley. Si no, no podemos hacer más de lo que estamos haciendo”, insistió.
“Esto se soluciona instalando una unidad fiscal con personal que trabaje 24/7 con la consigna de desmantelar las bandas delictivas. Todo el arco político debe pedir justicia federal y un cambio en la legislación, que nos tiene que permitir tomar otro tipo de restricciones para garantizar que los reclusos de alta peligrosidad no tengan contacto con el exterior”, agregó.
“El inhibidor que tenemos en Piñero ya pasó de moda, los jefes narcos han contratado especialistas informáticos para violar ese aparato”, sostuvo y dijo que todo tiene que estar monitoreado todo el sistema penitenciario y por eso volvió a indicar que hay que rediseñar el modelo.
El narco mexicano Joaquín “Chapo” Guzman se encuentra en una cárcel ubicada en medio del desierto del estado de Colorado, la prisión fue construida para convictos de nivel denominado “Supermax”, es decir “super-maximum security”, el más alto grado de seguridad que existe en el sistema penitenciario estadounidense.
Los detenidos pasan hasta 23 horas al día en estado de aislamiento. Sus contactos con seres humanos están reducidos al mínimo. Los medios describen esta prisión como una “versión limpia del infierno”.