Investigadores catalanes aseguraron que los más afectados son los jóvenes de entre 18 y 34 años.
Los trastornos mentales pueden ser paralizantes y afectan el día a día de quienes los padecen. La depresión no siempre es momentánea, sino que puede agravarse si no es tratada a tiempo. Y parece que la soledad puede desencadenarla y agudizarla.
Investigadores del Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Barcelona aseguraron que la soledad aumenta hasta cinco veces el riesgo de sufrir depresión y que los más afectados son los jóvenes de entre 18 y 34 años, quienes presentan una prevalencia de depresión superior al 15%, un 50% más alta que la de la población mayor a los 50 años.
Para los especialistas, la soledad es el principal factor de riesgo modificable de depresión, más que los problemas económicos, cuya probabilidad se multiplica por 3,5 respecto a quienes no tienen inconvenientes financieros.
“Las personas mayores de 50 años tienen más riesgo de sufrir depresión y ansiedad. No obstante, parece que, durante la pandemia, los jóvenes han sido los más frágiles, quizás porque sus necesidades relacionales son diferentes”, explicó Joan Domènech, investigador y autor del estudio.
El especialista argumentó que los jóvenes necesitan un “contacto cara a cara y más variado” que otros grupos poblacionales. “También pudo haber influido el hecho de que se hayan visto más perjudicados por factores como la pérdida de trabajo y de poder adquisitivo”, añadió.
La soledad es reversible
Para los expertos, la soledad es un factor de riesgo modulable. “Si actuamos para corregirlo, la situación de la persona mejorará”, aseveró Domènech, quien aclaró que tanto la ansiedad como la depresión se pueden prevenir con “la información, el apoyo y la terapia adecuada”.
“Estamos viendo que las personas tienen ganas de hablar y expresar sus inquietudes respecto a temas de salud mental, sin que se estigmatice nada”, lanzó por su parte Cristina Molina, directora de Análisis y Estrategia en Salud Mental de la Orden Hospitalaria Sant de Déu (Cataluña), en diálogo con SabertveVivir.
Es que, para los especialistas, la soledad es más que estar solo. Es una “emoción compleja”, ya que el afectado puede sentirse solo en una habitación llena de gente o sentirse feliz en su propia compañía. “En las personas, varía mucho el grado de conexión humana que necesitan. Una manera útil de pensar en la soledad es como la diferencia entre cuánta conexión social desean las personas y cuánta están recibiendo”, señaló en The New York Times, Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología y Neurociencia de la Universidad Brigham Young.
La soledad es tan mala como fumar
Investigadores de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos midieron la presión arterial, el índice de masa corporal, el tamaño de la cintura y los niveles de proteína C de miles de participantes de un estudio para luego someterlos a un cuestionario a modo de averiguar la frecuencia con la que veían a su familia, amigos y otras personas cercanas.
Llegaron a la conclusión de que la soledad es tan mala como el hábito de fumar y el sedentarismo. “El poco contacto social aumenta en un 50% las posibilidades de morir de forma prematura”, alertaron los expertos.
Para los investigadores, el aislamiento social influye de forma negativa en el organismo, ya que hace que las hormonas del estrés aumenten las probabilidades de padecer diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas.
Un trastorno que no hace excepciones
La soledad puede afectar a personas de cualquiera edad, pero los jóvenes pueden ser los más perjudicados. Según una encuesta publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología, alrededor del 73% de los adultos de la generación Z confesó “sentirse solo”. En tanto, el uso intensivo de las redes sociales se asoció con mayores índices de soledad.
Fuente: TN/Con Bienestar