Con el calor y las vacaciones, mucha gente va a playas y piletas. Estar mucho tiempo bajo el agua facilita la aparición del llamado oído de nadador.
Llegan las colonias de vacaciones, el mar y la pileta, pero también las posibles otitis externas. Se trata de una de las afecciones más comunes a las que se exponen menores y adultos en verano.
Es que, con el calor, comienzan las nuevas rutinas de vacaciones: colonias, muchos deportes y actividades acuáticas. Sin embargo, el contacto frecuente con el agua puede traer problemas mayores en los oídos si no se toman medidas de cuidado.
Ana Carolina Binetti (M.N 97.025), otorrinolaringóloga, explicó: “En el verano, los oídos pueden estar afectados por distintas circunstancias, pero sobre todo porque se pasa mucho más tiempo en el agua. Cuando no los secamos bien y los rascamos, solemos apretar la parte anterior de la oreja contra el canal, raspamos la piel y eso tiende a hacer que ingrese algún germen de la piel y provoque una infección que se llama otitis externa”.
La especialista explicó que otra causa de la otitis externa es cuando una ola del mar golpea el oído. “La fuerza del mar puede dañar el tímpano y el canal auditivo, lo que puede generar problemas auditivos permanentes. En esos casos, sugiero que la persona haga una consulta rápida con un médico para descartar una lesión seria”, sostuvo.
Los insectos también pueden afectar los oídos. “Es bastante común que en verano algún insecto ingrese al canal auditivo. La cera ayuda de protección para que los bichos no lleguen al tímpano. En caso de que eso pase, una solución casera es colocar en el canal tres gotitas de aceite a temperatura ambiente. Eso hace que el insecto se ahogue y salga del canal auditivo. Igualmente, recomiendo en estos casos acudir a un médico”, subrayó.
Otra de las causas de las otitis externa son los deportes acuáticos. “En el buceo, por ejemplo, la mayoría de los daños auditivos son por descompresión. En otros, es común la lesión por golpes contra el agua”, detalló.
Características de la otitis externa
Se llama “externa” porque la parte del oído que resulta afectada es el conducto auditivo externo, que es la región por donde pasa el sonido del exterior antes de llegar al oído medio o membrana timpánica (que vibra con el sonido) para luego pasar al oído interno.
Se trata de una infección de la piel del conducto como consecuencia de estar mucho tiempo sumergido en el agua. Por la humedad, el conducto se puede irritar y muchas veces la piel sufre de maceración, es decir que se abre y pueden ingresar bacterias. Las personas con antecedentes de eccemas, de lupus eritematoso sistémico o de psoriasis están más predispuestas a padecer otitis externa.
Para la especialista, las principales características de la otitis externa es que genera mucho dolor. “Ese dolor empeora muchísimo cuando uno tira del lóbulo de la oreja como para decir ´feliz cumpleaños´. Esas otitis se tratan con antibióticos locales en gotitas y, a veces, es necesario usar antibióticos orales”, precisó.
Medidas de prevención contra la otitis externa
- No rascarse las orejas cuando se sale del agua.
- Poner la cabeza de costado para que salga el agua del canal.
- Secar el canal auditivo con el borde de una toalla.
- Al finalizar el día, aplicar en los oídos unas gotas de alcohol boricado, que ayuda a evaporar los restos de agua en el canal auditivo.
“Lo más importante es no rascar el oído porque, cuando una persona hace eso, se levanta la piel (que es muy delicada), entran gérmenes y se produce la otitis”, alertó.
Síntomas de la otitis externa
El síntoma más característico es el malestar e incordio que produce al que la padece. Los signos son:
- Eritema: enrojecimiento de la piel que recubre el Conducto Auditivo Externo (CAE).
- Picor: como el paciente necesita calmar de alguna manera esa molestia, en algunas oportunidades tiende a introducir algún elemento (llaves, hebillas, entre otras) para calmar dicha molestia. Los especialistas lo desaconsejan totalmente ya que podrían empeorar el cuadro.
- Edema e inflamación: en algunas oportunidades puede ser muy intenso, al punto tal que el conducto puede cerrarse y entonces se agregaría otro síntoma que es la sordera, dando sensación de ocupación o plenitud en ese oído.
En algunas oportunidades, el malestar se convierte en dolor. Muchas veces, se indica de manera precisa el lugar de ese dolor, pero en otras, produce una neuralgia, o sea un dolor generalizado, que se puede extender hasta el cuello, del lado del oído afectado. Además, puede estar acompañado por fiebre y por secreciones delgadas provenientes del conducto.
Qué hacer si aparecen estos síntomas
Ante la aparición de cualquiera de los signos, es conveniente visitar al médico.
Muchas veces, el otorrinolaringólogo, luego de mirar con el otomicroscopio, debe aspirar alguna secreción o colocar una gasa con furacina para dilatar el conducto, e indica tratamiento local con gotas, antitérmicos, corticoides orales o antibióticos en caso de necesidad.
Fuente: TN/Con Bienestar