El actor se enfrenta a otra batalla legal, tras su divorcio en 2019.
La separación entre Angelina Jolie y Brad Pitt nuevamente es foco de los medios. En esta ocasión, el problema se centra en las acciones de la bodega Château Miraval, la cual compraron cuando estaban juntos. Además de utilizarlo con fines lucrativos, también fue el lugar donde celebraron su boda en 2014.
Según indica el medio The Guardian, el intérprete demandó a su exmujer porque ella vendió parte de las acciones sin su consentimiento, como decía el acuerdo de divorcio. Según esta demanda, la actriz llevaba años desentendiéndose del negocio y de la finca, y le dijo a Pitt que se veía obligada a vender sus acciones porque no quería tener nada que ver con el negocio de las bebidas alcohólicas, por objeción personal.
Según asegura, ha sido una “decisión dolorosa” e intentaron que él le comprara la acciones a ella. Desafortunadamente, estas negociaciones se rompieron cinco meses después porque la actriz decidió vendérselas a Yuri Shefler, empresario ruso propietario del Grupo SPI, un consorcio internacional que vende alcohol en 160 países.
Esto desató el enojo del actor. Según sus abogados, él “ha invertido dinero y sudor” en esa finca y era uno de los proyectos favoritos de Pitt (además de que el negocio funcionaba, con beneficios de 50 millones de dólares anuales). Es por eso que el intérprete busca compensación, por haber roto el contrato que tenían; y acusa a Jolie de querer causar “daño gratuito”.
Una larga batalla legal
No es la primera vez que pasan por un tribunal. La pelea ya viene desde hace un tiempo, específicamente en septiembre de 2016, cuando Jolie le solicitó el divorcio y le pidió la custodia de sus hijos: Pax (17), Zahara (16), Shiloh (15), y los gemelos Vivienne y Knox (13). El mayor, Maddox (20), es legalmente considerado un adulto.
Tras una larga batalla, que tuvo muchas idas y vueltas, el actor recibió la custodia compartida en junio, aunque la intérprete sigue luchando contra el fallo. Según afirmó ella, tres de sus hijos querían testificar en contra de Pitt, pero fueron bloqueados por el juez John Ouderkirk.
Un mes después, los abogados de la protagonista de “Maléfica” argumentaron que el mencionado juez tenía que ser expulsado del caso, ya que se había beneficiado económicamente del trabajo separado con los abogados del actor del “Club de la Pelea”. Por su parte, Ouderkirk se negó a dejar su puesto, pero un tribunal de apelaciones de California lo descalificó del caso y éste, quedó a cargo de un nuevo juez.