El proyecto que ingresó al Congreso exige un requisito para la persona afectada: sufrir una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico que imposibilite a la vida de la persona.
Para comenzar a hablar de la eutanasia tenemos que saber primero, ¿Qué es la eutanasia? Esta palabra viene del griego “euthanatos”, “eu” quiere decir bien y “thanatos” quiere decir muerte, por lo tanto, etimológicamente significa “bien morir”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella “acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”.
Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del otro.
Tipos de eutanasias:
Eutanasia positiva: Es aquella que hace morir a alguien. La persona tiene la intención de que no siga viviendo, por ejemplo la aplicación de una dosis de una droga mortal.
Eutanasia negativa: Es aquella que deja morir a alguien. La persona tiene la intención de que no siga sufriendo si no existen los auxilios ordinarios que esa persona pueda tener para que pueda seguir viviendo, por ejemplo no existen antibióticos y esa persona se está infectando totalmente, una persona puede recibir una ayuda que calme los dolores y al mismo tiempo acorte la vida.
Países donde es legal la eutanasia
En el mundo es legal en Holanda (abril 2002), Bélgica (mayo 2002), Luxemburgo (2009), Colombia (2014), Canadá (2016), España (marzo 2021), Nueva Zelanda (diciembre 2021) y algunos estados de Australia. Por su parte, el suicidio asistido es legal en Suiza, Austria y algunos estados de Estados Unidos.
En la actualidad… ¿La eutanasia está penada por la ley?
La eutanasia en la actualidad si bien no está penada en el Código Penal de varios países como los mencionados anteriormente, igualmente se condena, como es el caso de Argentina que la pena es de un máximo de cuatro años. Por su parte en Francia si bien no es legal, se le tiene permitido al paciente en rechazar el tratamiento médico pero el médico tiene que informar al enfermo de todas las posibles consecuencias. Lo mismo sucede en el Reino Unido, siendo que los menores de 18 años también pueden solicitarlo, pero si sus padres se oponen tienen la posibilidad de anular esa decisión.
¿Y que pasa con los cuidados paliativos?
Los cuidados paliativos son un enfoque especial en el cuidado de las personas que tienen enfermedades graves, como el cáncer. Los cuidados paliativos se concentran en mejorar la calidad de la vida ayudando a pacientes a calmar los síntomas de estas enfermedades y los efectos secundarios de los tratamientos. Están diseñados para que el equipo de atención médica ayude a estas personas a vivir tan bien como sea posible.
La eutanasia positiva, es la que se pretende legalizar. En realidad, el otro tipo está contemplado en la legislación argentina, se encuentra regulado en la Ley 26.529 de Salud Pública (Derechos del paciente, historia clínica y consentimiento informado) y está íntimamente vinculado a los cuidados paliativos. Por eso nos preguntamos ¿por qué no darle curso a estos últimos en lugar de proponer una ley para terminar con la vida de personas que sufren?
En este caso tiene que ver particularmente con cómo se entiende a la persona humana: o se valora en su vida y dignidad, o se la trata como algo descartable o secundario. En tanto que alguien no pueda valerse por sí mismo o no pueda expresarse o relacionarse en forma normal, tiene “derecho” a morir.
¿Qué pasa con la eutanasia en la Argentina?
El 25 de noviembre de 2021 se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina el proyecto titulado “Ley de buena muerte. Regulación de la eutanasia” (expte. 4597-D-2021, T.P. 184/2021) firmado por Alfredo Cornejo, Jimena Latorre y Alejandro Cacace.
El mismo cuenta con 19 artículos divididos en una introducción y en cuatro capítulos: Derecho a solicitar la prestación de ayuda para morir, Derecho del paciente y su relación con los profesionales, Comisión Médica de Asistencia y Evaluación, Prestación de ayuda para morir. El objetivo de éste proyecto es el de “regular el derecho de toda persona a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir; el procedimiento formal a ese efecto; las garantías que han de observarse y los derechos y deberes del personal médico y el servicio de salud”.
Para este fin, el proyecto exige un requisito para la persona afectada siendo este el de sufrir una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico que imposibilite a la persona. Esto último hace referencia a limitaciones que inciden directamente sobre la autonomía física y actividades de la vida diaria, de manera que no permite valerse por sí mismo, así como sobre la capacidad de expresión y relación, y que llevan asociado un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable para quien lo padece, existiendo seguridad o gran probabilidad de que tales limitaciones vayan a persistir en el tiempo sin posibilidad de curación o mejoría apreciable. En ocasiones puede suponer la dependencia absoluta de apoyo tecnológico”.
Para realizar este procedimiento, la persona completa “dos solicitudes, de manera voluntaria y por escrito” presta el consentimiento y luego el médico responsable remite el caso para que sea evaluado por una “Comisión Médica de Asistencia y Evaluación” que dictamina si se cumplen los requisitos y condiciones de la ley para aplicar la eutanasia.
Conclusiones
En conclusión, estoy en contra de que la eutanasia sea ley, ya que, en primer lugar creo que más allá que muchas personas piden morir por dolor y sufrimiento, eso se puede solucionar con los cuidados paliativos, no quitándoles la vida.
En segundo lugar la eutanasia daña la ética médica porque los médicos son personas que decidieron dedicar su vida a cuidar, sanar y acompañar pero sobre todo a tener respeto absoluto sobre la vida humana desde la instante de su concepción como lo dice el juramento hipocrático.
En tercer lugar considero que la eutanasia dificulta invertir en cuidados paliativos y contra el dolor ya que aunque los grupos médicos contra el dolor, la angustia emocional y el miedo es increíblemente grande, aún debe crecer y mejorar, y, sobre todo, debe llegar a más personas.
Con la eutanasia legalizada, no se invertirá dinero ni recursos en cuidados paliativos que afectan al final de la vida. En cambio, mientras está ilegalizada, la sociedad se ve forzada a invertir y esforzarse en estos campos, haciendo avanzar la ciencia médica.
En cuarto lugar la eutanasia presiona, porque obliga a personas con una enfermedad terminal o en una situación vulnerable a ponerle fin a su vida. Por último y para finalizar esta conclusión sostengo que la eutanasia mata aunque sea con permiso del enfermo, aunque se ejerza con mayor o menor grado de consentimiento, pero mata. En realidad, la eutanasia es un tipo de homicidio, o de suicidio, dependiendo de si la acción la realiza el médico o el propio paciente.