“Hoy, todo el equipo educativo de la EESO estamos contentos porque tenemos la fortuna, la gran satisfacción de haber compartido el final de este camino educativo con Enrique, nuestro querido Director, pero no podemos ocultar que estamos inmersos en una profunda tristeza porque un grande deja este barco”
De la siguiente manera se expresaron:
«El maestro mediocre, dice. El buen maestro, explica. El maestro superior, demuestra. El gran Maestro, inspira.»
Las despedidas suelen estar envueltas de nostalgia, y en muchas ocasiones, también dominadas por la angustia. Hoy, todo el equipo educativo de la EESO estamos contentos porque tenemos la fortuna, la gran satisfacción de haber compartido el final de este camino educativo con Enrique, nuestro querido Director, pero no podemos ocultar que estamos inmersos en una profunda tristeza porque un grande deja este barco.
Queremos brindar nuestro más sincero reconocimiento a la labor de nuestro director, quien merecidamente se retirará a descansar, a vivir la vida fuera de la escuela, de las aulas, del patio, aunque siempre sentiremos su presencia.
Como dice la cita del comienzo, «el gran maestro inspira». Es así como vamos a recordarte, Enrique, un gran director que nos acompañó en cada momento, que nos alentó a dar lo mejor de cada uno, que nos imploraba a no dejarnos abrumar por la pandemia, a cuidarnos, a fortalecernos con los vaivenes de la educación, a no rendirnos, a seguir caminando, pasito a pasito, a no detenernos, nunca.
Siempre una palabra de aliento, siempre presente en todos los más mínimos detalles, siempre un mensajito agradeciendo nuestra participación en cualquier actividad por pequeña que haya sido. Siempre dispuesto a escucharnos y asesorarnos. Siempre guiándonos en todas la toma de decisiones, nunca un no a ninguna propuesta, por más disparatada que sea. ¿Y te consultábamos cada disparate?!!!! ¿por cada tontería!!!¿Hasta a veces te pedíamos lo más insólito? ¡!!! Y jamás, pero jamás, nos dijiste que no, jamás una mirada de desaliento. Siempre potencializando nuestras capacidades y dejándonos hacer, como pájaros libres. Tenías más confianza en nosotros que nosotros mismos.
Nuestros sentimientos son contradictorios, en donde las lágrimas y las risas parecen parte del mismo entramado. Y es que, en este momento, tal vez, verás por última vez a todos los estudiantes reunidos, y a tus profes llorándote antes de que te vayas.
Después de tantos años de trabajo, de transitar los distintos espacios de la escuela, de mañanas madrugadoras y tardes agotadoras, hasta noches interminables, llegó este momento en donde podrás mirar atrás y ver con intensa satisfacción todas las semillas que fuiste sembrando y los frutos que ya empiezas a cosechar. Te vamos a extrañar a mares, Enrique.
Todo el Personal Educativo, Porteras y Administrativo del Ciclo