A través de la abogada Gracia Peñafort, solicitó ser tenida como parte actora en la causa. Insistió en que fue víctima de un “violento ataque” que buscó “atentar directamente” contra ella y sus íntimos.
La vicepresidenta Cristina Kirchner solicitó ser tenida en cuenta como querellante en la causa abierta para investigar los disturbios frente al Congreso de la Nación, el pasado 10 de marzo, en los que su despacho fue apedreado cuando ella se encontraba allí reunida con su equipo y algunos legisladores, al margen de la sesión en la que la Cámara de Diputados dio media sanción al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A través de la directora de asuntos jurídicos del Senado, Graciana Peñafort, la presidencia del Senado se presentó en el despacho de la jueza federal María Eugenia Capuchetti para ser considerada parte actora en la investigación.
El escrito entregado por Peñafort indica que el despacho de Cristina Kirchner sufrió “un violento ataque” mientras ella se encontraba allí con la senadora Anabel Fernández Sagasti, el senador Oscar Parrilli y el Diputado Máximo Kirchner. A su parecer, la manifestación buscó “atentar directamente” contra el sector donde se encontraba.
Además, el escrito afirma que “entre los ataques con piedras y que tuvieran como claro objetivo las oficinas mencionadas, se realizaron marcas con pintura roja sobre la zona, circunstancia que podría haber oficiado de señalización”.
La vicepresidenta también aludió en la presentación la responsabilidad que adjudica a las fallas del operativo de seguridad encargado a la Policía de la Ciudad. Sostiene que “los daños producidos (…) recién pudieron ser evitados a partir de las 15.21 aproximadamente, cuando un cordón policial avanzó sobre la zona y dispersó al grupo de manifestantes”.