Son ucranianos y extranjeros. Marchan a naciones vecinas como Eslovaquia, Hungría, Moldavia, Polonia y Rumania. Grupos más reducidos se fueron a Bielorrusia y Rusia. Europa ante un dilema ético.
La guerra en Ucrania llevó ya a más de un millón de civiles a huir de su país, informó la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Los ucranianos, y muchos extranjeros que estaban en el país, están cruzando a naciones vecinas como Eslovaquia, Hungría, Moldavia, Polonia y Rumania, en tanto que grupos más pequeños marcharon a Bielorrusia y Rusia.
“En tan solo siete días, un millón de personas huyó de Ucrania. Se marcharon desarraigadas por esta guerra sin sentido. Llevo casi 40 años trabajando en emergencias de refugiados y rara vez he visto un éxodo tan rápido como este”, dijo el alto comisionado de la ACNUR, Filippo Grandi. El funcionario añadió: “Hora a hora, minuto a minuto, más personas tienen que huir de la aterradora realidad de la violencia. Son innumerables los desplazados dentro del país”
Las cifras récord de acogida de desplazados de los países fronterizos con Ucrania coinciden con las denuncias de ciudadanos de África, Asia y Medio Oriente sobre discriminación a la hora de abandonar el país, informa el sitio France24.com
La Unión Africana lo califica de “racista”, mientras que periodistas internacionales han sido señalados en redes por hacer distinciones entre los refugiados de Ucrania y los de otras guerras anteriores. Además de suspender sus cuarentenas anticovid, los ya mencionados países fronterizos abrieron sus puertas para todos aquellos que acrediten su procedencia de Ucrania.
E incluso más: Polonia ha elaborado programas de alojamiento para los recién llegados en viviendas particulares, mientras que Eslovaquia ofrece transporte gratuito y la posibilidad de trabajar en el país. Incluso se supo que la Unión Europea debatió garantizar a los refugiados ucranianos el estatuto de protección temporal, permitiéndoles vivir y trabajar hasta tres años en algunos de los 27 Estados miembros.
Acciones aplaudidas por el máximo responsable para los refugiados de las Naciones Unidas, Filippo Grandi en un comunicado que publicó el portal del ACNUR: “Polacos, húngaros, moldavos, rumanos, eslovacos y ciudadanos comunes de otros países europeos han llevado a cabo actos extraordinarios de humanidad y bondad. Este es el instinto humanitario que tanto se necesita en tiempos de crisis”.
Sin embargo, paralelamente al recibimiento, también crecen las denuncias de que la acogida y el refugio está contando con privilegios. Entre los primeros denunciantes está la investigadora sobre migración y asilo en Grecia, Lena Karamanidou, que había avisado después del inicio del conflicto: “No hay forma de evitar las preguntas sobre el racismo profundamente arraigado en las políticas migratorias europeas cuando vemos cuán diferentes son las reacciones de los gobiernos nacionales y las élites de la UE ante las personas que intentan llegar a Europa”.
Países de Europa del Este y Centroeuropa han sido de los más duros a la hora de hablar y legislar sobre migración en los últimos años, continúa el sitio francés. De hecho, el primer ministro búlgaro, Kiril Petkov, hizo referencia al cambio de criterio de los últimos días: “Estos no son los refugiados a los que estamos acostumbrados, estas personas son europeas (…) son inteligentes, educadas”.
Associated Press también recogía el cambio de tono del ultraderechista primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien pasó en diciembre de decir “no vamos a dejar entrar a nadie”, a asegurar esta semana que “dejaremos entrar a todos”, en referencia a los ucranianos.
Otro ejemplo clarificador fue el de 2021, cuando miles de migrantes se acercaron a la frontera entre Belarús y Polonia, con el objetivo de acceder a países de la Unión Europea, y en plena crisis entre el organismo y el Gobierno de Alexander Lukashenko. Polonia cerró entonces completamente sus fronteras y como consecuencia, 15 personas murieron por el frío.
Sin embargo, el lunes, el embajador de Polonia en la ONU, Krzysztof Szczerski, dijo que no estaban discriminando a nadie en esa crisis y que 125 nacionalidades habían sido admitidas en el país.
Fuente: Noticias Argentinas