Tres empresarios y un exastronauta partieron desde el Centro Espacial Kennedy para realizar durante una semana estudios sobre envejecimiento, salud cardíaca y células madre. Aclararon que no se trata de una experiencia “turística”.
La primera misión privada con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS) que orbita la Tierra a unos 400 kilómetros de altura, despegó este viernes con una tripulación de cuatro empresarios, uno de ellos exastronauta.
Los cuatro tripulantes despegaron a las 11.30 horas de Florida, (12,30 hora argentina) a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9, portando una cápsula Crew Dragon, de la empresa estadounidense SpaceX.
El lugar de despegue fue el Centro Espacial Kennedy ubicado en el Estado de Florida, al sureste de Estados Unidos, cuya misión estuvo a cargo de la empresa Axiom Space en colaboración con SpaceX y la NASA, retribuida por el uso de su estación.
“Estamos ampliando al espacio las fronteras terrestres del comercio”, dijo Bill Nelson, jefe de la agencia espacial estadounidense, poco antes del despegue, informó la agencia de noticias AFP.
El comandante de la misión, llamada Ax-1, es el hispano-estadounidense Michael López-Alegría, un exastronauta que ya estuvo en la ISS.
Los otros miembros del equipo pagaron decenas de millones de dólares para integrar la misión, cuyo piloto es el estadounidense Larry Connor, propietario de una firma inmobiliaria.
También viajan a bordo el canadiense Mark Pathy, jefe de una firma de inversiones, y el expiloto Eytan Stibbe, cofundador de un fondo de inversiones.
Stibbe será el segundo astronauta israelí de la historia puesto en órbita, luego de Ilan Ramón, fallecido en 2003 en la explosión del transbordador espacial estadounidense Columbia.
Para Axiom Space será el inicio de una etapa con una meta ambiciosa: la construcción de su propia estación espacial.
“Es importante para nosotros poder repetir estas misiones a más pequeña escala”, declaró Michael Suffredini, jefe de la empresa.
Está previsto que el primer módulo de la estación privada sea lanzado en septiembre de 2024.
Este movimiento de privatización de la órbita baja es impulsado por la NASA, que desea generar ingresos gracias a estas misiones privadas y, a largo plazo, no tener que gestionar el funcionamiento de una estación sino más bien rentar los servicios de estructuras privadas para concentrarse en la exploración en el espacio más lejano.
Fuente: Telam