En el mundo, se registraron 170 pacientes con este diagnóstico. En Argentina hay un caso sospechoso. Los especialistas advierten que el 10% necesitó un trasplante. Pediatras argentinos trabajan en un documento con recomendaciones para los profesionales.
En las dos últimas semanas, varios países empezaron a detectar casos pediátricos de hepatitis aguda de origen desconocido que, según se investiga, podrían estar asociados con un virus que comúnmente causa gastroenteritis e infección respiratoria. Hasta el momento, según coinciden autoridades sanitarias de esos países en sus alertas, el adenovirus 41 (Ad41) no era una causa conocida de hepatitis en chicos sanos y con una lesión de tal gravedad que un 10% necesite trasplante.
Ya son por lo menos 170 los casos documentados en 12 países.
Los primeros, fueron detectados el año pasado en Estados Unidos y, este año, el Reino Unido se sumó a las notificaciones, a las que le siguieron otros estados de Europa.
En el país, según se pudo conocer, hay en estudio por lo menos un caso sospechoso en el Hospital Ricardo Gutiérrez. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) está trabajando con otras sociedades científicas en un documento conjunto con recomendaciones para los profesionales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó hace tres días sobre el aumento de estas hepatitis agudas de origen desconocido en menores de 10 años, al informar un fallecido y unos 17 trasplantes hepáticos por esta lesión.
“El síndrome clínico en los casos identificados es hepatitis aguda (inflamación hepática) con un aumento marcado de las enzimas hepáticas [que indican si hay daño] –actualizó la OMS sobre este brote–. Muchos casos tenían síntomas gastrointestinales, incluido dolor abdominal, diarrea y vómitos, y niveles elevados de las enzimas (aspartato transaminasa (AST) o alanino aminotransaminasa (ALT) superiores a 500 U/L) e ictericia [piel amarillenta]. La mayoría de los casos no tuvo fiebre. En ninguno se detectaron los virus comunes (A, B, C, D y E) causantes de las hepatitis agudas.”
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos emitieron una alerta para que los médicos que atiendan a pacientes con hepatitis de origen desconocido indiquen una prueba de laboratorio para detectar adenovirus en muestras de sangre o materia fecal.
En España, donde al viernes pasado se habían notificado 13 casos de hepatitis grave de origen desconocido (ocho confirmados en bebés y chicos de hasta 10 años y cinco casos probables en menores de entre 11 y 16 años), las autoridades sanitarias informaron que, por el momento, estos datos no representarían un aumento inusual de la cantidad de hepatitis por causa indeterminada que aparecen todos los años, aunque “todo el sistema de salud pública y asistencial se activó de forma rápida ante la necesidad de información con la alerta de Reino Unido”, que en lo que va de este mes pasaron de reportar una decena de casos a informar 108 a la OMS.
Hoy, la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (Aleh) comunicó a sus miembros que “la asociación con infección por adenovirus es la hipótesis más fuerte hasta el momento y se emitió una alerta para notificar todo caso que cumpla con las siguientes características: menores de 10 años con elevación [de los valores] de AST o ALT superior a 500 U/L descartadas las causas usuales, acompañados de ictericia, diarrea, vómitos y dolor abdominal”.
Esas son las señales de alerta que recomiendan que los padres tengan en cuenta para la consulta inmediata, con o sin otros síntomas que pueden confundirse con una infección respiratoria, incluido Covid-19.
Es que algunos de los casos confirmados hasta el momento dieron positivo para adenovirus, pero también para Covid: en 19 chicos se detectó una coinfección del virus SARS-CoV-2 y adenovirus. Pero en 18 de los 74 pacientes en los que se confirmó la infección por adenovirus, se determinó que se trataba del Ad41.
El Ad41 está entre las causas más comunes de gastroenteritis viral en los chicos; una complicación poco frecuente es la hepatitis, de acuerdo con los médicos consultados, pero no en chicos sanos, sino con alguna enfermedad preexistente y, en especial, inmunosuprimidos.