Entre el turismo “religioso” con las 400 mil almas que coparon barrio Rucci en el Vía Crucis del padre Ignacio y la “escapada” del finde largo, Rosario se posicionó como una opción válida para el turismo receptivo.
La ocupación rozó el 100 por ciento y sólo algunos hoteles tenían disponibilidad de noches aisladas que se ocupaban durante el día. Llegaron a la ciudad principalmente de Buenos Aires, la capital provincial, Córdoba, Entre ríos y comenzó a notarse un perfil de turista poco convencional: el uruguayo.
Datos oficiales indicaron que de jueves a domingo se registró un promedio de estadía en los hoteles rosarinos de 2 noches en las 8 mil plazas hoteleras que dispone actualmente, básicamente con alojamiento solicitado para familias y grupos de amigos.
Según datos del Etur, hace varios meses que Rosario cuenta con una ocupación por encima del 75 por ciento los fines de semana. Y afirman que esto es merced al trabajo que se hizo para potenciar los viajes terrestres.