“La sociedad argentina tiene una actitud francamente positiva hacia la donación y eso es un valor muy grande como sociedad”, destacó el presidente del Instituto, Carlos Soratti. Durante el 2021 hubo un 40% de donaciones más que en 2020.
El presidente del Incucai, Carlos Soratti, calificó los 1.366 trasplantes de órganos y córneas que se realizaron en 2022 como “un buen número” a pesar del impacto en el primer trimestre de la ola de coronavirus y subrayó “que la sociedad argentina tiene una actitud positiva hacia la donación”, en el marco del Día Nacional de la Donación de Órganos que se conmemora este lunes.
Del total de trasplantes, 700 pacientes recibieron un trasplante de órganos, 613 provenientes de donantes fallecidos y 87 de donantes vivos, y, además, se realizaron 666 trasplantes de córneas.
Estos trasplantes fueron posibles gracias a la concreción de 560 procesos de donación -275 de órganos y 285 de córneas-, los cuales se llevaron a cabo en Buenos Aires (195), Misiones (58), Córdoba (42), Corrientes (34), Santa Fe (33), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (32), Mendoza (31), Entre Ríos (27), Santiago del Estero (19), Tucumán (16), Jujuy (13), Río Negro (12), Neuquén (9), Catamarca (9), San Juan (6), Tierra del Fuego (4), Formosa (4), Chaco (4), Salta (3), Chubut (2), La Pampa (2), San Luis (2), y Santa Cruz (2) y La Rioja (1).
Soratti sostuvo que “teniendo la caída de donantes por el impacto de la variante de coronavirus ómicron en el primer trimestre”, los 1.366 trasplantes “es un buen número”.
“La sociedad argentina tiene una actitud francamente positiva hacia la donación y eso es un valor muy grande como sociedad”, manifestó. Y añadió que pese a la pandemia de coronavirus “hubo una decisión muy fuerte de sostener la oportunidad de trasplantes”.
Este año se realizaron 477 trasplantes renales, 153 hepáticos, 39 cardíacos, 15 renopancreáticos, 12 pulmonares, 3 hepatorrenales, 1 pancreático y 655 trasplantes de córneas, en tanto que 123 fueron pediátricos (menores de 18 años).
En 2021, hubo 3.181 trasplantes de órganos y córneas, un 40% más que en 2020, un año marcado por la pandemia del coronavirus.
Según la OMS, en el mundo se realizan al año alrededor de 140.000 trasplantes de órganos, en su mayoría trasplantes renales, lo que representa menos del 10% de la lista de espera mundial.
De acuerdo con los datos actualizados del Incucai, 7.347 personas necesitan un trasplante para salvar su vida.
“En Argentina trasplantamos relativamente mucho más: de esos 7.300 pacientes en lista de espera, probablemente al cabo de este año habremos trasplantados 2.000 pacientes, es decir más del 25%”, resaltó el presidente del Incuai, pero señaló que esa cifra “representa un desafío que el sistema de salud tiene que mejorar”.
Soratti subrayó la necesidad de trabajar para que en “todos los hospitales y centros asistenciales” sea posible la donación porque “estamos trasplantando mucho menos de lo que la demanda exige”.
Los desafíos del transplante y cómo combatirlos
El médico -está especializado en Terapia Intensiva y en Sistemas de Salud y Seguridad Social- indicó que hay uno de los problemas que se debe abordar es las “la concentración de la oferta de trasplante en la zona metropolitana” que implica que para “acceder al trasplante haya que desplazarse hacia otras provincias”
Otro de los desafíos es la necesidad de “contar con una disponibilidad de órganos y tejidos mucho mayor y la forma de hacerlo es promover el desarrollo de organización en cada centro asistencial en el que haya potencialidad de generación de donantes”.
Soratti resaltó el que para contribuir al aumento de donantes se lleva a cabo en varias provincias el programa donante a corazón parado, es decir, la ablación de órganos tras el paro cardíaco
“Ante la detención circulatoria también es posible obtener órganos para trasplantes; en algunos hospitales en nuestro país ya se iniciaron programas”, dijo.
Estos programas “requieren de una logística muy especial y protocolos específicos que se están desarrollando”, a la vez que “en muchos hospitales” se está “trabajando en esa dirección”.
Por su parte, Silvina Alemán, integrante de la Sociedad Argentina de Trasplantes, afirmó en diálogo con Télam que este año “estamos recuperando los números de la prepandemia”.
“A pesar de esa situación de salud pública nunca suspendimos la actividad trasplantológica, aún en los peores momentos y siempre cubrimos las urgencias”, enfatizó.
Respecto a la diferencia entre la cantidad de pacientes en espera para recibir un trasplante y los donantes, sostuvo: “Esa es nuestra gran batalla porque cada vez las listas en la Argentina y en el mundo aumentan por el incremento de enfermedades crónicas” como la diabetes.
“Cuando el paciente tiene muerte cerebral tiene inestabilidad hemodinámica y se necesita para mantenerlo muchas drogas para mantener al corazón que destruyen el tejido pancreático, por ejemplo, entonces ese donante tiene que ser descartado”
“Esto se genera por la falta de vida saludable, obesidad, sedentarismo, la dieta rica en hidratos de carbono o grasas saturadas, todo esto colabora al aumento de la diabetes, hipertensión u obesidad”, advirtió.
En ese sentido, indicó que los trasplantes críticos son los renales porque “hay una cantidad muy grande de gente en diálisis”.
“Hay otros órganos como el pulmón, el intestino o el páncreas que requieren donantes con características muy especiales, entonces se acota el margen”, explicó.
Precisó que “cuando el paciente tiene muerte cerebral tiene inestabilidad hemodinámica y se necesita para mantenerlo muchas drogas para mantener al corazón que destruyen el tejido pancreático, por ejemplo, entonces ese donante tiene que ser descartado”.
Por otra parte, la directora del Centro Regional de Ablación e Implante Norte (CRAI) del Cucaiba, ubicado en el Hospital “Eva Perón” de la localidad bonaerense de San Martín, hizo hincapié en que “falta concientización”, aunque “tenemos una comunidad que respondió muy bien” la ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células sancionada en 2018 que considera donante a cualquier persona mayor de 18 años que haya manifestado su voluntad de donar o que no haya dejado constancia de su negativa.
Enfatizó en que también “falta concientización en la comunidad médica que es quien denuncia sobre los potenciales donantes” y recordó que esa “denuncia es obligatoria”.
Fuente: Telám