Será en medio de las demoras para obtener el último guiño sobre la primera auditoría y las negociaciones para modificar las metas del segundo trimestre, ante las crecientes dificultades para cumplir el programa.
La Argentina desembolsará esta semana casi US$ 2.700 millones para hacer frente a vencimientos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El compromiso se concretará antes de la llegada del segundo desembolso previsto del organismo multilateral, por unos US$ 4.000 millones.
Se pagarán US$ 2.684 millones con reservas del Banco Central.
Se producirá en medio de las demoras para obtener el último guiño sobre la primera auditoría y las negociaciones para modificar las metas en el segundo trimestre, ante las crecientes dificultades para cumplir el programa.
La idea original era que el monto correspondiente al préstamo standy by, contraído en 2018 durante la gestión de Mauricio Macri fuera cancelado con el segundo desembolso, de US$ 4.005 millones, en el marco de la primera revisión de metas prevista para el 10 de junio.
Ese acuerdo con el staff se alcanzó dos días antes, pero el directorio del organismo recién definirá si lo aprueba el próximo viernes.
“Los pagos corresponden al stand by 2018 y son el martes 21 y miércoles 22 por un total de DEG 2.014 Millones (US$ 2.684 millones)”, precisaron desde el Ministerio de Economía.
Con la aprobación del directorio del Fondo, ingresan DEG 3.000 millones (US$ 4.005 millones) de acuerdo con el cronograma del Acuerdo de Facilidades Extendidas del 2022, precisaron.
El bache entre la fecha de los vencimientos y la llegada de fondos frescos se cubrirá con el desembolso del 25 de marzo pasado, cuando la Argentina recibió US$ 9.700 millones en DEGs.
Tras los pagos en marzo, abril y mayo al organismo, los economistas estiman un remanente de US$ 6.000 millones para afrontar los pagos, pero advierten que no es normal cancelarlos previo al ingreso de fondos comprometidos.
El nuevo calendario estaría vinculado con los tironeos para recalibrar el programa por el shock externo.
Por la aceleración del gasto y la pérdida de reservas debido al récord de importaciones energéticas, el Gobierno pidió flexibilizar el déficit fiscal y la acumulación de divisas entre abril y junio, sin tocar las pautas anuales.
A cambio, se comprometió a una nueva suba de tasas, acelerar el ajuste del dólar y “repriorizar” el gasto, entre otros puntos.
Economía espera que el directorio encabezado por Kristalina Georgieva apruebe el viernes próximo los cambios propuestos y el segundo desembolso.
Si así ocurre, no se necesitará un perdón (waiver) para cumplir el programa.
Debería haber una revisión de las metas trimestrales, tenemos un acuerdo con el staff y eso está a consideración del directorio el 24 de junio, señalaron desde el Palacio de Hacienda.
Algunos de los ajustes quedaron reflejados en la revisión del presupuesto.
El Gobierno se había comprometido a presentarlo en abril, pero tras su paso fallido por el Congreso y las presiones internas para expandir el gasto, lo terminó aprobando la semana pasada.
El decreto contempla una rebaja de los subsidios energéticos del 0,05% del PBI -mucho menor a lo previsto- y una inflación de hasta el 62%, por debajo de la expectativa de mercado del 72%.
Guzmán también ratificó la reducción déficit primario al 2,5% del PBI, la disminución de la emisión monetaria al 1% y la acumulación de US$ 5.800 millones en 2022.
Eso implica que, si se aflojan las metas fiscales y de reservas del segundo trimestre, habrá que acelerar el recorte del rojo fiscal (con más impuestos o menos gastos) y el ritmo de devaluación en los próximos seis meses.
Ese es el peor momento del año, por ser el de mayores erogaciones y menores ingresos de dólares de la cosecha.
Fuente: NA