Las tareas de investigación llevadas a cabo de manera conjunta por la Dirección General Impositiva (DGI) y la Dirección General de Aduanas (DGA) permitieron detectar a dos personas que habían comprado procesadores y placas de video necesarios para el proceso de generación de criptomonedas.
Los agentes que participaron del procedimiento a 40 kilómetros de la capital santafesina encontraron nueve contenedores y dos torres de enfriamiento con 131 equipos (la mayor parte de ellos de última generación con refrigeración líquida), 116 placas madre y 950 placas de video.
Por medio del cruce de datos, las áreas especializadas en fiscalización y control habían identificado un consumo de electricidad mensual por un costo cercano a los cuatro millones de pesos en el establecimiento en el que se realizó la actuación.
“Durante el relevamiento se constató la introducción de los equipos utilizados, y en atención a que el representante de la empresa no pudo aportar la documentación respaldatoria, se procedió a la interdicción de 95 equipos de minado de datos, con 950 placas de video y 95 placas madre”, informó AFIP en un comunicado.
Asimismo, adelantó que trabajará en la correcta declaración de los activos relevados, el origen de los fondos para su adquisición, los ingresos derivados de la actividad y identificar las billeteras virtuales donde se depositan las recompensas de las distintas criptomonedas y sus beneficiarios.
La semana pasada la AFIP había detectado otros tres establecimientos sin declarar destinados al mismo fin, en las provincias de Córdoba y San Juan.
En Córdoba se desarticuló dos granjas de minería de criptomonedas operadas por monotributistas, que habían tenido consumos de energía por un costo cercano a 1 millón de pesos mensuales, y que habían realizado inversiones por cerca de 600.000 dólares en más de 600 placas de video.
En San Juan, la granja de criptoactivos estaba escondida en una cámara de refrigeración que estaba declarada como un comercio de venta de fruta.
La minería de criptomonedas es el proceso mediante el cual se validan las transacciones dentro de una blockchain -red a través de la cual circula una criptomoneda- y, para hacerlo, los “mineros” conectan sus computadoras con placas de video de alta velocidad que resuelven complejos cálculos matemáticos con los que se garantiza la seguridad de las operaciones dentro de esa red.
Los “mineros” que prestan este servicio son recompensados con una cantidad determinada de la criptomoneda de la red en la que están operando, que pueden ser Bitcoin, Ether, Litecoin, Monero u otras. (Télam)