Las víctimas, identificadas como Carla Cabaña y Magalí Páez, fueron halladas este viernes a la mañana con “disparos en la zona de la cabeza”, que fueron efectuados, según los peritos, “a corta y media distancia”.
Dos mujeres de 30 y 19 años fueron halladas este viernes ejecutadas a balazos en la cabeza en el interior de una vivienda de un barrio de la periferia de Rosario y los investigadores buscan al novio de la menor de las víctimas para establecer si tuvo vinculación con el hecho, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hallazgo de los cuerpos se registró este viernes a la mañana en una vivienda ubicada sobre la calle Luzuriaga al 2400, del barrio Nuevo Alberdi, ubicado en la zona noroeste de Rosario, donde vivía la mayor de las víctimas con sus cuatro hijos de entre 2 y 14 años, que estaban presentes al momento del hecho, consignaron a Télam los voceros consultados.
Según las primeras averiguaciones, las mujeres, identificadas como Carla Cabaña (30) y Magalí Páez (19), fueron encontradas alrededor de las 6.30 por la policía, que llegó a esa vivienda alertada por un llamado al 911.
“Hablamos de femicidio porque fue un hecho violento dirigido directo contra dos mujeres desamparadas en un contexto de vulnerabilidad clara”, manifestó a la prensa el fiscal a cargo de la investigación del caso, Patricio Saldutti.
Tras indicar “que se investigan las relaciones personales de cada una de las víctimas”, el fiscal añadio que se busca “al novio de una de las víctimas para ver qué datos puede aportar”.
Sobre el hecho relató, “que ambas tienen disparos en la zona la cabeza, que fueron efectuados, según los peritos, a corta y media distancia”.
“No se observan puertas vulneradas. El lugar -por la casa- es muy chiquito. En la cocina hay una cama y los cuatro chicos de entre 2 y 14 años creemos que dormían con su madre -Cabaña- en el único cuarto que hay en la vivienda”, describió Saldutti.
Sobre la posibilidad de que los hijos de Cabaña hayan visto o escuchado algo, el funcionario judicial dijo que ahora están “puestos a resguardo” y no descartó de que pueda pedir sus testimonios en Cámara Gesell.
Finalmente añadió, que en la escena del crimen “hay indicios de consumo de drogas”.
Según el testimonio de una hermana de Paéz, quien se identificó ante la prensa como Camila, ambas mujeres “eran amigas y Magui se había ido a vivir allí hacía una semana atrás porque tenía problemas de violencia de género con su pareja, llamada Facundo”.
“Antes vivía en la casa de la suegra, que es a la vuelta, pero se fue de allí para venir a vivir con su amiga”, añadió.
Sobre su hermana, contó que “no tiene hijos” y que “trabajaba como colaboradora en un comedor comunitario de la zona que sirve la copa de leche”.
Con los crímenes de Cabaña y Páez, ascienden a 210 los homicidios en lo que va del año en el Departamento Rosario y décimo quinto en lo que va del mes de septiembre, según los datos oficiales del Observatorio de Seguridad Pública.
Fuente: Telam