Con goles de Fabra y Langoni, Boca le ganó 2-1 a Gimnasia (Morales) en La Plata y se trepó a la cima de la Liga Profesional a una fecha del cierre.
Boca venció 2-1 a Gimnasia en el Estadio Juan Carmelo Zerillo de La Plata, en la reanudación del partido suspendido por incidentes de la fecha 23 de la Liga Profesional: Frank Fabra y Luca Langoni convirtieron para el Xeneize, que pasó a Racing y es el líder del torneo; Morales anotó para el Lobo, que en la última fecha se jugará el pase a la Copa Libertadores.
Boca es esto. Un equipo que se agranda en la adversidad, que no necesita controlar un partido para ponerse en ventaja, y que sabe sufrir para ganar. Un equipo que no te perdona. Un equipo que corre, mete, que a veces se anima a jugar y lo hace bien. Un equipo que, ante todo, gana y no para de ganar. Por eso está a un pasito del título.
Gimnasia le planteó un partido chivo, y el Xeneize, para colmo, arrancó con malas noticias: apenas 10 minutos del primer tiempo iban cuando Darío Benedetto pidió el cambio por lesión. Pero Boca no se cayó. Y el Lobo, que manejó la pelota y le creó situaciones, no la metió. Los de Hugo Ibarra, en la segunda, no perdonaron.
Una buena triangulación colectiva culminó con un excelso pase de Óscar Romero a Frank Fabra, que definió de zurda abajo. El tanto llegó en un momento donde Boca había logrado acomodarse en la cancha, pero después Gimnasia volvió a empujar en busca del empate. Empate que iba a llegar recién en el segundo tiempo y por medio de la pelota parada: tiro libre de Eric Ramírez que Leo Morales cabeceó al gol.
Pero una vez más, los de azul y oro sacaron chapa y en una jugada ganaron el partido: Sebastián Villa remató de afuera del área, entre Rey y el palo le dijeron que no; Pol Fernández pateó tras el rebote, pero de nuevo el arquero platense impidió el gol, aunque nada pudo hacer en tercera instancia, cuando Luca Langoni cazó el nuevo rebote y la empujó a la red.
De ahí en adelante, aguantar. Con el siempre firme Agustín Rossi y un sólido Jorge Nicolás Figal como estandartes abajo, y con buenos niveles de Varela, Romero y el ingresado Medina para sostener la pelota cuando Boca la recuperaba y respirar así ante el aluvión tripero. Gimnasia fue y fue pero sin ideas, y el tiempo no le alcanzó.
Oportunista y contundente. Boca ganó y quedó a un paso del título. El domingo recibirá a Independiente y depende de sí mismo: si gana es campeón, o tendrá que esperar que Racing no le gane a River. Gimnasia, en cambio, dejó pasar una nueva chance de sellar su pasaje a la Copa Libertadores, y ahora deberá jugársela el domingo, cuando visite a Talleres.
Fuente: Diario Popular